España en su conjunto, la Comunidad de Madrid en particular, sólo tiene dos alternativas: cambio o recambio. No se soporta más el hedor de una fosa séptica en la que se ha convertido la política. La decencia debe imperar como muestra de cambio antes que de recambio.
La mayoría de los partidos políticos juegan al pañuelo para ver quién de ellos es eliminado. Maximizan su posición política buscando el beneficio propio siguiendo un interés colectivo que simplemente es parcial. Como bien dice Adriana Lastra, no hay recambio posible al PP de Madrid.
Se necesita un cambio en la política madrileña y, por supuesto, en la española. Ya está bien de disimulo. Hay que destapar las cañerías, desahogar los desagües, levantar las alfombras. Es muy importante que se sepa qué ha pasado durante estos últimos años donde ha imperado Gürtel, Púnica, los de Granados contra los de González, los aguirres contra los cifuentes.
Por eso es muy importante promover un cambio político que depure las aguas residuales que han dejado tantos años de gobierno y de mansedumbre con la corrupción.
Editorial “Cambio o recambio”
