¿No se han preguntado en los últimos días por qué a veces se utiliza el término epidemia y otras el de pandemia?, ¿cuál es la diferencia? ¿Son sinónimos?, ¿qué matices hay entre los dos?
Una epidemia se produce cuando se expande una enfermedad entre un determinado grupo de personas. Puede ser una región o una nación. Si, de repente, España sufre multitud de contagios que se expanden a través de la población de nuestro país, estamos hablando de epidemia.
Una pandemia se produce cuando la enfermedad se extiende por todo el mundo sin capacidad de frenar su contagio y afectando a todo el mundo, independientemente de una determinada característica.
La Organización Mundial de la Salud deja meridianamente clara esta definición de pandemia y su participación en una globalización de la enfermedad. Mientras que la epidemia habla del número de personas afectadas, la pandemia lo hace de la extensión territorial a muchos países y regiones.
La ‘gripe española’ fue entonces una pandemia que se produjo por la expansión de un virus tipo gripe durante los años 1918 y 1919. Tuvo su origen en Fort Riley (Kansas, Estados Unidos), donde se detectó el primer caso.
Se llamó española porque España no ponía trabas a la información sobre ella. En cambio, otras naciones bloqueaban la información para no informar al enemigo del número de bajas. Precisamente, por ser transparentes, bautizamos un mal del que nada tuvo que ver España y, sin embargo, se cobró la vida de 300.000 españoles.
La gripe aviar de 2003 fue también letal. Fueron además sacrificados millones de pollos en todo el mundo. El virus del Zika también supuso un enorme susto, allá por los primeros años del siglo XXI a numerosos seres humanos. Por su parte, en 2014 comenzó a extenderse por África el ébola, llevándose por delante a millones de seres humanos hasta, al menos, 2016.