Se pueden detectar las enfermedades neurodegenerativas a través de un simple análisis de sangre

Se pueden detectar las enfermedades neurodegenerativas a través de un simple análisis de sangre

Las enfermedades neurodegenerativas están consideradas como la causa principal de años de vida marcados por la discapacidad (AVAD; la suma de años de vida perdidos y años vividos con discapacidad) a nivel mundial y como segunda causa principal de fallecimiento. Así se recoge en un estudio que publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según informa Quo.

Resulta sumamente complicado analizar los efectos que producen las terapias que se realizan para enfermedades neurodegenerativas. Ello se debe a que cada paciente reacciona de forma diferente. En cambio, a través de un nuevo estudio se ha conocido que utilizando la inteligencia artificial (IA) para realizar análisis en las muestras de sangre puede predecir cómo podría producirse la progresión en las enfermedades neurodegenerativas.

Gracias a ello, en un futuro próximo, los expertos podrían poner en marcha tratamientos más apropiados y que resulten más eficaces para los enfermos.

Análisis de muestras de 1.969 pacientes con enfermedades neurodegenerativas

Dicho estudio, realizado por expertos de la Universidad McGill y del Centro Ludmer de Neuroinformática y Salud Mental, a los que ha liderado Yasser Iturria-Medina, y publicado en Brain, traslada que la base está en la utilización de un algoritmo de Inteligencia Artificial (IA). Estudió las muestras de sangre y cerebro después de muertos de 1.969 pacientes con Alzheimer y Huntington. El objetivo era hallar patrones moleculares específicos para tratar estas enfermedades.

Con el algoritmo se pudo encontrar el modo en que los genes de estos pacientes se manifestaron durante décadas. Por lo que esto supone haber conseguido encontrar la primera visión de las modificaciones moleculares a largo plazo, que están vinculados con las enfermedades neurodegenerativas.

“Esta prueba podría ser utilizada algún día por los médicos para evaluar a los pacientes y recetar terapias adaptadas a sus necesidades”, argumenta Iturria-Medina. “También podría usarse en ensayos clínicos para clasificar a los pacientes y determinar mejor cómo los medicamentos experimentales impactan en la progresión prevista de la enfermedad”.

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