La deslealtad de Podemos agrieta el gobierno de coalición

La deslealtad de Podemos agrieta el gobierno de coalición

El gobierno de coalición corre riesgo de quebrarse. Los últimos movimientos de Podemos tensan más, si cabe, la cuerda y en el PSOE cada vez se alzan más voces en contra. El episodio más reciente, el insulto de Ione Belarra a Margarita Robles.

Las negociaciones para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado (PGE), los primeros desde 2018, están reconfigurando el tablero político. Cada una de las formaciones juega sus cartas. En el seno del gobierno de coalición los dos partidos que lo conforman se acusan de deslealtad.

La cosa viene desde agosto, cuando el rey Juan Carlos decidió marcharse de España. Entonces, Pablo Iglesias reprochó a Pedro Sánchez que se había enterado por la prensa del movimiento del monarca. El presidente argumentó que aquello fue una negociación personal con la Casa del Rey.

Tras una tensa reunión entre jefe del Ejecutivo y vicepresidente segundo, se llegó a un acuerdo para enfundar las pistolas. Carmen Calvo y María Jesús Montero mantendrían más informados a sus socios de gobierno. La contrapartida, mayor lealtad y prudencia por parte de Unidas Podemos.

En cambio, pronto se torció puesto que los ministros morados no están en las principales decisiones. Se ha vivido recientemente con la crisis migratoria en Canarias. Cinco Ministerios, ninguno de ellos de Unidas Podemos, están implicados en el asunto.

A partir de la crisis provocada por la marcha del rey emérito y, antes, tras los resultados en las elecciones vascas y gallegas, Iglesias decide dar un giro de timón. Quiere diferenciarse en los asuntos más sensibles.

A Unidas Podemos no le  va bien electoralmente

Toda la estrategia de la formación morada pasa y es decisión del vicepresidente segundo. En ese sentido, un ministro socialista apunta a que “el problema de fondo es que no les ha ido electoralmente estar en el Gobierno”. “En contra de lo que ellos pensaban”, añade.

“No se hunden, pero no tienen datos buenos. Y por eso estas chispas van a seguir. Porque no es casual. Es una decisión estratégica de Iglesias”, afirma.

Por su lado, en Unidas Podemos piensan que el problema es del PSOE. En asuntos sensibles para izquierda como los desahucios, permite que se impongan posiciones duras impulsadas por Nadia Calviño, la vicepresidente económica.

El PSOE “sabe que su electorado está más de acuerdo con nuestras propuestas en temas como los desahucios, los alquileres, la inmigración o la reforma laboral”, señalan los morados. “Por eso nos llaman desleales, porque quieren hablar de las formas y no del fondo”, abundan.

“Con las posiciones políticas de Calviño el PSOE no lograría ni un voto. Y les molesta tener a un grupo que le está recordando siempre que se puede hacer política de otra manera, más progresista”, destacan.

A su vez, la estrategia de Sánchez es de ir a posiciones más abiertas. Unas en las que pueda convencer al mismo tiempo al PNV y a Ciudadanos. Y sobre todo para negociar en Bruselas.

El líder morado, empeñado en girar a la izquierda el gobierno de coalición

Iglesias, en cambio, tiene claro cómo orientar al gobierno de coalición hacia la izquierda. Todo pasa por un acuerdo con ERC, Bildu, Más País y Compromís, con cuyos votos se consiguen los 176 necesarios para la mayoría absoluta.

Lo ajustado de ese juego quedó demostrado a la hora de sacar adelante la llamada Ley Celaá: sólo 177 a favor, aunque suficientes.

Al margen de ello, en esta reconfiguración del tablero político, otros actores, con menor peso en cuanto a número de votos, también juegan. Es el caso del PNV que ve como el acercamiento de Podemos a Bildu puede dejarles fuera de la partida.

Por eso, Andoni Ortuzar, el líder jeltzale, con amplia experiencia, se apresuró a cerrar varios acuerdos con el Gobierno poco después de la enmienda de los morados, los republicanos y los abertzales. Antes, concedió una entrevista a la Cadena Ser en la que cargó duramente contra Iglesias.

A continuación, habló con Calvo y cerró el pacto para eliminar el impuesto al diésel. Los peones –Aitor Esteban y Montero— se encargaron de rematar los detalles. De este modo, que restaba protagonismo a Bildu y a Ciudadanos, perfilándose como primer socio.

Con todo, parece que la consecución de un acuerdo que saque adelante el proyecto presupuestario se inclina más por la mayoría de la investidura. Una vez que se logre esta empresa, los socios del gobierno de coalición tendrán que repensarse su alianza.

1 thoughts on “La deslealtad de Podemos agrieta el gobierno de coalición”

  1. advIerto claramente que no volvere a votar a mi partido (PSOE), Idea compartida por varios compañeros en Badajoz, mientras los impresentables del Iglesias sigan en el gobierno.

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