Descubren que la pobreza genera cambios neuronales

Descubren que la pobreza genera cambios neuronales

Las deficiencias nutricionales, afectivas y educativas impactan gravemente en el cerebro infantil.
Investigadores argentinos han constatado que ofrecer a niños preescolares en situación de pobreza jugar con ciertos videojuegos produce cambios neurales asociados a procesos críticos para el aprendizaje. estos juegos de ordenador deben estar especialmente diseñados para ejercitar la autorregulación cognitiva.

En el estudio, publicado en Trends and Neuroscience and Education, Sebastián Lipina, director de la Unidad del Neurobiología Aplicada último autor del trabajo, menciona que “hasta este momento solo había dos trabajos internacionales que habían medido el impacto de entrenamientos cognitivos en el nivel neural en contextos de pobreza infantil. Todavía estamos aprendiendo”.

En la investigación colaboraron 69 chicos y chicas en la escuela pública de la ciudad. Lo que aporta este trabajo es otro nivel de análisis que puede coincidir en ocasiones y en otras no con los cambios comportamentales. Así, Lipina indica que “utilizar más de un tipo de información en la evaluación de impacto de las intervenciones permite ver un problema complejo desde diferentes perspectivas y esto contribuye a generar estrategias preventivas, sobre todo ante la posibilidad de que se den alteraciones o trastornos, como el déficit atencional”.

Los investigadores utilizaron una cinta con 14 electrodos para, así, no tener que trasladar a los chicos al laboratorio. Previo al inicio de la intervención en los juegos, evaluaron aspectos individuales y contextuales de cada uno. Igualmente, realizaron una evaluación electrofisiológica mediante una aplicación en el ordenador en la que tenían que pulsar un botón –GO– cada vez que aparecía un Pacman o un Angry Bird, y no hacer nada si aparecía un fantasma o un cerdo –No Go-.

Se pararon, entonces, aleatoriamente a los chicos en dos grupos. A los del grupo de intervención les ofrecieron una serie de tres juegos dirigidos a estimular funciones de atención, control inhibitorio, memoria de trabajo y planificación. Los del grupo control jugaron con uno normal de internet.

El descubrimiento fue que en el grupo de intervención se incrementaba notablemente la amplitud de la respuesta neural, lo que suponía que podían distinguir mejor los ensayos de Go de los de No Go. Las conclusiones no son definitivas. Lipina apunta a que “no sabemos si la mejora es circunstancial o si se conserva. Tampoco podemos extrapolar los resultados a toda la población, pero es la primera vez que vemos un cambio a nivel neural en un estudio propio (verificado fuera de los Estados Unidos)”.

Por su parte, Agustín Ibáñez, director del Instituto de Neurociencia Cognitiva y Traslacional, que no intervino en la investigación, aclara que muchos de las posibles aportaciones de la neurociencia y la tecnología a la educación dependen de la capacidad que se tenga para medir el aprendizaje fuera de los límites del laboratorio, en un contexto natural como es el colegio.

Destaca que “este trabajo muestra por primera vez que le entrenamiento en la escuela mediante videojuegos de control cognitivo produce cambios cerebrales específicos asociados con procesos de control inhibitorio. Si bien este trabajo podría considerarse preliminar, -por ciertos aspectos metodológicos, el tamaño de la muestra, la distribución del género y el tipo de desarrollo conductual encontrado- resulta muy alentador, dado que medir la actividad cerebral fuera del laboratorio es una tarea muy ardua y tremendamente demandante desde el punto de vista metodológico”.

Así, para Ibáñez, el trabajo inicia una nueva línea de posibles aplicaciones de descubrimientos neurocientíficos en la escuela, de forma que se pueda incentivar el potenciamiento cognitivo en chicos en condiciones de desigualdad. Subraya que “esta línea deberá ser reevaluada con muestras mayores y más representativas, investigando el posible efecto a largo plazo y su asociación con medidas de rendimiento escolar. Personalmente, me parece un buen ejemplo de cómo hacer de las neurociencias y la tecnología herramientas de cambio para los más necesitados”.

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