El Gobierno de Mutxamel (Alicante) llevará hoy al pleno del Ayuntamiento la propuesta de cambiar el nombre de la Avenida de Enric Valor por Avenida de España. El Ejecutivo municipal lo integran PP y Ciudadanos, con el apoyo externo de Vox.
La simple propuesta ya ha provocado la indignación de Ximo Puig, presidente de la Generalitat valenciana, que la ha calificado como “ignominia”.
En un tuit, el dirigente socialista apunta que “Enric Valor no merece una ignominia así. Renunciar a él es como renunciar a Miguel Hernández, Azorín o Paca Aguirre: incultura”. Añade un enlace a la campaña en Change.org para exigir que se mantenga el nombre actual de esa avenida.
Puig, en un acto en Castellón, ha enmarcado este tema en “este paradigma de odio y rencor que desgraciadamente vuelve a pasear por nuestras calles”.
Así, se ha lamentado por la “falta de nobleza y decencia ante una persona, que si algunos supieran quién es, se les caería la cara de vergüenza por lo que han hecho”.
En ese punto, el presidente valenciano ha explicado que “Enric Valor trabajó por nuestra cultura, educación y lengua. Fue una persona decente, noble y honrada”.
Además, dijo, “se merece tener una calle en todas las ciudades y pueblos de nuestro país. Pero, sobre todo, en aquellas de las comarcas de Alicante que él tanto quiso y representó dignamente”.
Ante eso, entiende que la decisión del Ayuntamiento de Mutxamel “ha de tener reversión por la dignidad de todos y todas”.
Por su lado, Vicent Marzà, conseller de Educación, Cultura y Deporte, ha señalado que “borrar de las calles para borrar de la historia a Enric Valor es mucho más que un ataque a las valencianas y valencianos. Es un claro síntoma de que esta sociedad necesita poner freno a los discursos de odio y al fascismo que acaban cristalizando en acciones institucionales incomprensibles como esta”.
De ahí que la Conselleria se sume a la iniciativa de Compromís para reconocer a Enric Valor con la Alta Distinción de la Generalitat. “Sin su labor, nuestra sociedad sería menos rica y culta, lejos de borrar su legado hay que ponerlo en valor”, concluyó Marzà.