La mayoría de los niños migrantes, que sufrían hacinamiento en una instalación de la patrulla fronteriza del estado de Texas, han sido trasladados a refugios administrados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos, HHS, informan funcionarios estadounidenses.
300 niños en la estación fronteriza de Clint, en este mismo Estado, fueron hallados en la semana pasada sin comida, agua ni condiciones precarias adecuadas. Los menores que cruzan la frontera sin un padre o un tutor legal de vencer trasladados a refugios de HHS cuanto antes, donde permanecerán en instalaciones de retención de la Patrulla Fronteriza como máximo 72 horas.
Según asegura Clara Long, investigadora de Human Rights Watch, sus compañeros y ella misma entrevistaron a niños que habían estado en las instalaciones de la localidad tejana. Así, observaron que las condiciones eran parecidas a las que en el pasado la organización había documentado y que los daños “ahora se acumulan por semanas en lugar de por días”.
Por su lado, Evelyn Stauffer, portavoz de HHS, ha destacado que los menores esperan demasiado tiempo en las instalaciones fronterizas. “No están diseñadas para cuidarlos. Esto es resultado del número sin precedentes de niños que llegan”, remarcó.