La pobreza se da “doblemente” puesto que no abarca sólo la cuestión económica sino que también afecta en el ejercicio de los derechos.
La Universidad Católica Argentina ha difundido un informe por el que se ha dado a conocer que, en 2018, el 41,2% de los niños en Argentina sufre pobreza “doblemente”. Trasladado en cifras, supone un total de 4,7 millones de niños y niñas. Doblemente pobres porque no lo eran solo a nivel económico sino también en el ejercicio de sus derechos.
En el último estudio del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia, del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, se ha medido la pobreza de la infancia en seis dimensiones: derecho a la alimentación, al saneamiento, a una vivienda digna, a la atención de la Salud, a la estimulación temprana y a la información.
De este modo, se subraya que en 2018 el 63,4% de los menores y adolescentes estaba “privado en el ejercicio de al menos un derecho” y, respecto a términos monetarios, el 51,7 % vivía en hogares pobres.
De igual forma, un 41,2% de los menores eran “doblemente pobres” (en pobreza monetaria y ejercicio de derechos), situación que se incrementó entre 2017 y 2018, en 4,1 puntos, cuando Mauricio Macri llegó al Gobierno.
De entre el 63,4% de los niños que no pueden ejercer plenamente sus derechos, hay al menos un 18,9% que no puede hacerlo en niveles “humanamente inaceptables”.
Los porcentajes son inaceptables. Unos 23 de cada 100 menores tienen falta de espacio en la vivienda, dificultad para acceder a la información, a los servicios de saneamiento básicos, acceso a la salud y a la educación.
El informe señala que “sin dudas, lo relevante es que la mayoría de las infancias continúan experimentando privaciones inaceptables en múltiples dimensiones del desarrollo”.