Cuando se han cumplido dos años de la histórica cumbre en Singapur entre Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y Kim Jong-un, líder supremo norcoreano, Corea del Norte denuncia el engaño del que fueron objeto por parte del mandatario estadounidense.
El régimen norcoreano acusa a Trump de incumplir su palabra, con lo que se frustra la esperanza de un proceso de desnuclearización del país. Ri Yong-ho, ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Norte, en un mensaje con motivo del segundo aniversario, ha dicho que era una “promesa vacía”. “Nada es más hipócrita que una promesa vacía”, señaló.
Es más, aseguró que Pyongyang lo ha tenido beneficio alguno con el diálogo con Washington. Estados Unidos, asegura, ha demostrado su deseo de “aislar y asfixiar” a Corea del Norte en los dos últimos años.
Es más, el ministro confirma que tiene como objetivo último hacerse con una “fuerza fiable” para conseguir una plena capacidad disuasoria. Esto es por las “amenazas militares de largo plazo” estadounidenses.
El régimen norcoreano había renunciado a continuar haciendo ensayos con armas nucleares y misiles para dar margen a las conversaciones diplomáticas con Estados Unidos. En cambio, ante lo que consideran un engaño, comenzó el año desplegando una nueva arma estratégica. Se incrementaba, de este modo, la tensión en la zona.
Washington aún no ha respondido a Corea del Norte
Esta semana, Washington ha instado a Pyongyang a volver a la mesa de negociaciones, aunque todavía no se ha pronunciado acerca del mensaje de Ri.
Éste responsabiliza a Mike Pompeo, secretario de Estado de Trump, así como a altos cargos estadounidenses de haber hecho “declaraciones sin sentido”. Señalaban que la desnuclearización de Corea es “todavía” un objetivo seguro.
Hasta el momento, Kim no ha dado muestras de su disposición a cerrar un acuerdo que puede interpretarse como una victoria del presidente Trump. Esto coincide con las advertencias de Kim Yo Jong, la hermana del líder supremo norcoreano. En marzo, avisó de que las relaciones entre países “no deberían ser juzgadas a la luz de las relaciones personas entre los dos máximos líderes”.