La actual mayoría progresista (7 a 4) del Tribunal Constitucional (TC) permitirá que la Corte de garantías avale sin fisuras la ley del aborto.
Una norma aprobada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y que el PP recurrió hace casi 13 años.
La ponencia había recaído en el magistrado Enrique Arnaldo, que la presentó el miércoles. La propuesta consistía en avalar toda la ley excepto el artículo 17.
Consideraba que el modo de informar a la mujer mediante un sobre cerrado no era suficiente garantía de un consentimiento informado para abortar.
Sin embargo, la nueva mayoría progresista pretende que no haya fisuras en el respaldo a la normal. Así, Arnaldo renuncia a redactar otra ponencia y esta tarea pasa a la magistrada Inmaculada Montalbán, progresista.
La también vicepresidente del Constitucional tendrá que redactar una nueva ponencia para recoger el sentir mayoritario de la Corte de garantías.
Cuando la haya redactado, se debatirá en el Pleno, como igual ha sucedido con la ponencia de Arnaldo este miércoles y jueves. Por tanto, la resolución tendrá que retrasarse.
Ello, pese a que el plan de Cándido Conde-Pumpido, el nuevo presidente del TC, era pisar el acelerador por la cantidad de recursos atascados.
El caso es que la primera parte de la primera sesión del Pleno se dedicó a decidir acerca de las recusaciones y la abstención solicitada por Concepción Espejel.
El martes, los miembros del Constitucional rechazaron la solicitud. La magistrada argumentó que era vocal en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) cuando éste informó el anteproyecto de ley.
La razón del rechazo del Pleno es que Espejel expresó su criterio jurídico “hace más de 12 años”. Además, el informe “fallido” del CGPJ no llegó a elevarse al Gobierno.
Tras esa primera reunión, el miércoles el Constitucional no admitió las recusaciones presentadas por 5 diputados del PP. Estaban dirigidas contra Conde-Pumpido, Montalbán, Espejel y Juan Carlos Campo.
El TC no las admitió al considerar que esos sólo 5 diputados no tienen capacidad para actuar en nombre de los 71 recurrentes originales.
Si hubieran prosperado, no habría habida quórum para resolver el recurso.