Según los demócratas, tiene contenido “racista” y “divisorio”.
Earl Blumenauer, congresista demócrata por Oregón, fue el primero en anunciar, a principios de enero, que no asistiría al discurso sobre el Estado de la Unión del presidente Donald Trump. En representación suya, enviaría a un residente del Estado al que representa, que fuese un dreamer y formará parte del programa Consideración de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia. A esta iniciativa, además de otros congresistas, se sumó John Lewis, defensor de los derechos civiles que en varias ocasiones ha acusado a Trump de racista: “Con buena conciencia, no puedo ni quiero sentarme escucharle”.
Al menos ocho congresistas seguirán este boicot. Además de Blumenauer y Lewis, tampoco estarán presentes, según han ido anunciando, Maxine Waters, congresista por California, Frederica Wilson, por Florida, Pramila Jayapal, por Washington, Danny K. Davis, por Illinois, así como Gregory Meeks, congresista por Nueva York, quien anunció el domingo que no presenciaría el discurso: “No puedo darle a este hombre, que no me respeta, el respeto de tenerme como audiencia. No estaré allí”. En la misma línea se manifestó Jan Schakowsky, congresista por Illinois: “Me niego a normalizar los actos y el lenguaje odioso del presidente Donald Trump”.