Cómo será la salida del confinamiento

Cómo será la salida del confinamiento

La salida del confinamiento es, además de algo esperado por la población, el quebradero de cabeza del Gobierno para evitar el rebrote de la epidemia. Por descontado que el Ejecutivo sabe que el retorno a la vida normal debe ser paulatino. No cabe esperar, pues, que el 26 de abril, si todo va como debe ir, podamos volver a terrazas, reuniones o parques.

Lejos de ello, el escenario que las autoridades sanitarias plantean es una salida del confinamiento de forma gradual y con medidas muy específicas. Sobre todo en lo que se refiere a la higiene, la distancia social y la prevención.

En ese último aspecto el Gobierno ha encargado cinco millones de test serológicos, los único capaces de determinar la presencia de anticuerpos en el organismo. No hay evidencia científica acerca del grado de inmunidad que estos proporcionan, pero los expertos sí tienen seguridad de que la protección es de meses.

Lo que arrojen esos test será una pieza fundamental para acercarse a conocer la prevalencia de la enfermedad en la población. Solo así se podrán tomar decisiones de cómo enfocar la salida del confinamiento.

Además, María José Sierra, directora adjunta del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, plantea llevar a cabo un muestreo poblacional. El objetivo es saber la prevalencia de personas que han superado la enfermedad, con o sin síntomas. Tanto el Instituto Nacional de Estadística como el Instituto de Salud Carlos III ya trabajan en el sondeo serológico.

En unas explicaciones a El País de Antoni Trilla, epidemiólogo y asesor del Gobierno en esta crisis del coronavirus, se baraja, incluso, la posibilidad de expedir pasaportes sanitarios. De este modo, quienes hayan superado el Covid-19 y cuenten con inmunidad, anticuerpos, podrán hacer vida normal.

‘Arcas de Noé’ en la salida del confinamiento

La estrategia del Gobierno para la salida del confinamiento también pasa por las llamadas ‘Arcas de Noé’. Edificios donde se podrá aislar a personas que den positivo o que no hayan pasado el período posterior tras superar la enfermedad. Todavía son contagiadores en potencia.

La cuestión es que en muchas ocasiones todas esas personas que pueden contagiar a otras viven en domicilios en los que no se pueden aislar adecuadamente.

“Tiene sentido en casos concretos: cuando hay una persona a la que dan el alta en el hospital y no quiere volver a la vivienda porque todavía puede estar eliminando el virus unos días, cuando hay un miembro contagiado y el resto no ha pasado la enfermedad”, señala Fernando Rodríguez Artalejo, profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid.

Es muy difícil que estos centros se empleen de forma masiva para los casos positivos pero asintomáticos. Así lo manifiesta Ildefonso Hernández, catedrático de la Universidad Miguel Hernández y portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública.

Para este experto, estas infraestructuras sí pueden ser importantes para “personal clave”, como es el caso de los sanitarios. También aquel personal que está en “instituciones sociales cerradas”, como las residencias.

Desde Moncloa se asegura que no se va a obligar a nadie a aislarse en estas ‘Arcas de Noé’, sino que se aplicará el sentido común. “Si vive una persona joven y sola seguramente no será necesario, pero si la vivienda se comparte con un anciano, será recomendable”, indica una fuente.

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