Según ha trasladado Quo, por medio de un estudio publicado en Journal of the Endocrine Society se ha conocido que influyen de modo fundamental en la obesidad infantil todas aquellas sustancias químicas de los plásticos y de los alimentos conservados en lata.
Algunos de esos productos químicos que se usan en ciertos plásticos, en bebidas contenidas en lata y en el revestimiento de alimentos son el bisfenol S (BPS) y el bisfenol F (BPF). En cambio, estas sustancias han pretendido sustituir a otra aún más dañina para la salud humana cuando interfiere con las hormonas del cuerpo, como es el caso del bisfenol A (BPA).
“Esta investigación es significativa porque la exposición a estos químicos es muy común en los Estados Unidos. El uso de BPS y BPF está creciendo porque los fabricantes están reemplazando el BPA con estos químicos, lo que contribuyen a una mayor exposición – ha indicado Melanie Jacobson, que ha encabezado el estudio – .Aunque la dieta y el ejercicio aún son los mayores determinantes de un peso sano, esta investigación sugiere que las exposiciones químicas comunes también pueden desempeñar un papel, específicamente entre niños.”
El grupo liderado por Jacobson partió de datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición con el fin de analizar las asociaciones entre BPA, BPS y BPF y los resultados que se observaban en la masa corporal de niños y jóvenes de 6 a 19 años. Aquellos en los que se encontró niveles más altos de BPS y BPF en la orina pronosticaban mayor posibilidad de padecer obesidad, comparándolo con quienes tenían niveles más bajos.
“En un estudio anterior, descubrimos que la sustancia química predecesora de BPS y BPF (BPA) estaba asociada con una mayor prevalencia de obesidad en menores y este estudio descubrió la misma tendencia entre estas versiones más nuevas de esa sustancia química”, ha expuesto Jacobson.