Pretenden “forzar un referéndum, no negociarlo a la baja”.
El próximo 27 de octubre, en Manresa, está prevista la fundación de la Crida Nacional per la República, orientada a conseguir la independencia de Cataluña y ya empieza a tomar forma. Jordi Sànchez está elaborando la ponencia política, mientras Gemma Geis, de Junts per Catalunya, diseña la organización.
Agustí Colomines, ideólogo de este movimiento, anuncia que la Crida tratará de “forzar un referéndum, no negociarlo a la baja”, además de advertir de que el camino a la independencia será más largo si no hay muertos.
“En todas las independencias del mundo ha habido muertos”, ha dicho Colomines en una entrevista en La Xarxa. “En la nuestra hemos decidido que no los queremos. Si decides que no los quieres, pues tardas más, el proceso es mucho más largo”.
El también ex director de l’Escola d’Administració Pública de la Generalitat, defiende “dar sensación de confrontación” con España y el rechazo a cualquier normalización de la situación política en la región. “¿Normalizar qué? Mientras haya presos y exiliados, ¿qué queremos normalizar?”
El ideologo de la Crida admite que en el procés hubo “muchas ingenuidades” debido a “este experimento tan catalán de intentar una independencia sin un solo muerto”.
En la entrevista fue muy crítico con el PDeCAT, la formación surgida de Convergència Democràtica, y de ella dice que “lo viejo se resiste a morir, y lo hace con todas las malas artes del mundo”.
A su entender que esta formación inscribiera su nombre la marca electoral Junts… fue una “puñalada trapera” a los promotores de JxCat. En consecuencia, sostiene que la Crida debe ser un “frente amplio e ideológicamente muy diverso” y no una herramienta para salvar a un “partido moribundo” como el PDeCAT.
Colomines fue destituido por el Gobierno como director de la l’Escola d’Administració Pública durante el aplicación la aplicación el artículo 155 de la Constitución en Cataluña. Antes había dirigido presidido la Fundació Trias Fargas, por encargo de Artur Mas, y que luego se rebautizó como CatDem cuando se conoció que se había beneficiado del expolio del Palau de la Música.