Pese a que la apuesta de BComú sigue siendo un gobierno tripartito con Ada Colau como eje y el apoyo de ERC y el PSC, la realidad indica que si la alcaldesa de Barcelona quiere revalidar el cargo, será con los votos socialistas y al menos tres de los seis concejales logrados por Manuel Valls, candidato de la plataforma que respalda Ciudadanos. Tanto el PSC como los republicanos se vetan mutuamente.
El paso al frente de Colau para disputar la Alcaldía de la Ciudad Condal ha hecho que a Ernest Maragall, el candidato que ganó las elecciones el 26 de mayo, le quede cada vez más claro que no será alcalde. Y todo ello a pesar de que Janet Sanz, la número tres de los comuns insista en huir de la política de bloques y en recuperar el diálogo de la izquierda. Una izquierda fragmentada porque de un lado están los independentistas, de otro los constitucionalistas y en medio una formación que no sabe si va o viene, tratando de nadar y guardar la ropa.
Pero es que no sólo está en juego la alcaldía de la capital catalana. El acuerdo que surja finalmente para gobernar la Ciudad Condal podría enmarcarse en uno más amplio que afectaría al ayuntamiento de Tarragona, la diputación de Barcelona y al ayuntamiento de Sabadell. Si PSC y BComú suscriben un pacto, los socialistas podrían retener el consistorio tarraconense y recuperar la diputación barcelonesa.