Clima: el mundo lleva desde 2015 viviendo los años más cálidos

Clima: el mundo lleva desde 2015 viviendo los años más cálidos

Desde 2015, el mundo ha registrado los ocho años más cálidos desde 1850, cuando empieza a haber registros sobre el clima. Es más, la temperatura del planeta en 2022 se situó 1,15°C por encima del promedio entre 1850 y 1900.

Así se refleja en el informe sobre el Estado del Clima Mundial 2022 publicado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

En él, este organismo dependiente de la ONU analiza los indicadores climáticos fundamentales.

Es decir, la temperatura, los gases de efecto invernadero, el aumento del nivel del mar, los niveles de acidez y de calor en los océanos.

También, el hielo marino y los glaciares, resaltando el impacto del cambio climático y sus consecuencias en el mundo.

Concretamente, 2022 fue el quinto o sexto año más cálido a nivel planetario. De hecho, fue el más caluroso en España y en Europa, pese a tres episodios de ‘La Niña’. Este fenómeno sólo ha sucedido de igual forma en tres ocasiones en los últimos 50 años.

Así, la OMM indica cómo las sequías, inundaciones u olas de calor afectan a más zonas, además de cada vez mayores costes económicos y sociales.

“Desde las cumbres de las montañas hasta las profundidades de los océanos, el cambio climático siguió avanzando en 2022”, señala. Asimismo, provoca pérdidas por valor de “muchos miles de millones de dólares”.

El clima cambia por las emisiones de gases

De este modo, el estudio apunta que los cambios climáticos en el mundo –tierra, mar y atmósfera– se deben a los niveles récord de gases de efecto invernadero entre 2015 y 2022.

Tal es así que, insiste, ya son los ocho años más cálidos de la historia desde que existen registros. Además, el deshielo de los glaciares y el aumento del nivel del mar alcanzaron máximos el año pasado. Y, advierte, continuarán durante miles de años.

En ese sentido, Petteri Taalas, secretario general de la OMM, alerta en un comunicado de que las emisiones “no dejan de aumentar y el clima sigue cambiando”.

A su vez, las poblaciones de todo el mundo siguen viéndose afectadas gravemente debido a los fenómenos extremos del clima.

Basta con ver la persistente sequía en África Oriental, las lluvias nunca vistas en Pakistán y las olas de calor extremo en China y Europa.

En sólo el año pasado afectaron a decenas de millones de personas. Asimismo, causaron inseguridad alimentaria, migraciones masivas y pérdidas de miles de millones de dólares.

Con todo, la colaboración entre los organismos de Naciones Unidas demostró su eficacia para afrontar las consecuencias humanitarias de estos fenómenos extremos del clima. Sobre todo, respecto a la reducción de la mortalidad y las pérdidas económicas.

En ese punto, destaca la necesidad de mejorar las redes de observación, puesto que unos 100 países carecen de servicios meteorológicos.

Al mismo tiempo, considera “necesario” invertir más en capacidades de los servicios hidrológicos, climáticos y de alerta temprana.

Alertas tempranas para todos

De ahí la importancia de la iniciativa impulsada por António Guterres, secretario general de la ONU, ‘Alertas Tempranas para Todos’.

Ya en el ámbito social, la organización pone el foco en la creciente subalimentación. Algo que se agravó por los efectos combinados de los peligros hidrometeorológicos y la pandemia de coronavirus, así como los conflictos violentos prolongados.

A ese respecto, la OMM calcula que unos 95 millones de personas se vieron forzadas a desplazarse desde sus lugares de origen.

Además, hace hincapié en cómo afecta el cambio climático a los ecosistemas, como los tiempos de floración o las migraciones de aves.

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