Claves de la ideología

Por Mari Ángeles Solís del Río.
Partiendo del hecho de que el hombre es un “animal político”, y de la forma en la que, los ciudadanos, se implican en mayor o menor medida en política, siempre hay unos elementos que conducen a ello. Tanto, la actitud como los valores de una persona, de gran importancia en la acción política, como la situación que rodea a la persona en particular, se conjugan de forma que va a dar lugar a la formación del pensamiento o ideología de esa persona.
Así pues, la ideología es el conjunto de conceptos y valores que describen el mundo político de un ciudadano y, esa descripción, conduce a trazar una serie de objetivos y la estrategia para llegar a conseguirlos. Aunque la ideología, en sí, no pertenece a un individuo en particular, sino que es propia de un colectivo numeroso, lo que en un principio lleva a alguien a inclinarse por una ideología u otra, suele tener carácter subjetivo, como por ejemplo sus propias vivencias o la situación social que esté atravesando.
Lo que la ideología pretende es explicarnos la realidad social y política, a la vez que nos señala cómo debería de ser. Así una de las principales necesidades es conseguir una máxima difusión para esas ideas puesto que, el gran éxito de una ideología se basa, en que sea adoptada por un mayor número posible de individuos y colectivos. De forma, que el pensamiento de esa ideología llegue a ser considerado “el sentido común”.
Podemos considerar como elementos muy importantes en una ideología la definición que cada una tiene sobre las relaciones entre los individuos, las relaciones entre lños individuos y el colectivo social al que se adscriben y, por supuesto, la necesidad de mantener un determinado punto de vista, para alcanzar la estrategia necesaria que logre la transformación social, a la que se aspira defendiendo esa ideología. La forma de encajar y describir estos elementos, es lo que lleva a configurar las distintas ideologías existentes.
Si analizamos el modo en que se forma o evoluciona la ideología nos podemos encontrar con dos posturas perfectamente enfrentadas. Mientras hay quien opina que el factor determinante para la formación de la ideología, es la defensa de los intereses propios; hay también quien considera que, el origen de la ideología es una situación histórica determinada en la que las aspiraciones mayoritarias de una sociedad pretenden una orientación política o una transformación social, para conseguir objetivos comunes. Ya sea de una forma u otra, lo que sí es cierto es que, tanto hoy en día como a lo largo de los tiempos, las ideologías (liberalismo, conservadurismo, socialismo, anarquismo, fascismo, nacionalismo, etc.), han ido transformando la sociedad y escribiendo su historia, por un determinado camino u otro.
El término “ideología” es nombrado por primera vez, por un filósofo francés, Antoine Destutt de Tracy. Escribió “Elementos de la ideología” (1801-1815), el cual es un tratado sobre la formación de los conceptos a partir de sensaciones, siguiendo teorías psicológicas de la época. Pero fueron Marx y Engels quienes, a través de su obra, “La ideología alemana”, situaron ese término en el concepto político y así ha llegado hasta nosotros.
Hoy en día, calificamos con este término a la interpretación de la realidad social y al proyecto político que sostiene dicha interpretación, ya sea para conservar la situación actual o para cambiarla.

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