El ex técnico cree que es posible aplicar lo aprendido en la alta competición en un Gobierno.
Así lo ha manifestado Javier Imbroda, ex seleccionador nacional de baloncesto, que ahora es propuesto por Ciudadanos para dirigir la Consejería de Deportes de Andalucía. Número uno de la formación naranja en las listas de Málaga al Parlamento andaluz, su partido logró el segundo puesto, a menos de un punto del PSOE, ganador, y menos de un punto por encima del PP.
“Lo que he aprendido en la alta competición se puede aplicar perfectamente en el nuevo Gobierno de la Junta de Andalucía”, dice Imbroda a El Confidencial como parte de su particular visión de la política. “En esta nueva etapa también lo haré, sin ninguna duda, igual que lo he hecho en los proyectos empresariales en los que he participado”.
Explica que “las propias organizaciones andan un tanto deslavazadas, cada una lucha por su objetivo sin compartirlo con la otra. ¿Qué sentido tiene un delantero que marque muchos goles o un alero que anote muchos puntos si el equipo no gana?”
El ex seleccionador nacional de baloncesto es doctor en Investigación e Innovación Educativa. “La Administración pública”, dice, “requiere no solo de trabajo y esfuerzo, ni siquiera de fiscalización, sino también de medición y evaluación del rendimiento. Esto lo echamos mucho de menos. Los profesionales que están trabajando tienen que contar con las herramientas adecuadas para mejorar”.
Imbroda mantiene que en el siglo XX el liderazgo necesitaba de tener seguidores y este liderazgo ahora se gesta con líderes. “Por eso Albert Rivera quiere tener líderes en Ciudadanos, porque los seguidores tienden a la mediocridad y no al talento”.
Ante el comentario de que el presidente de la formación naranja mantiene un liderazgo muy jerarquizado, con un poder muy claro, centralista, el exseleccionador reconoce que es así porque “es fundamental generar confianza para que el resto del equipo se pueda desarrollar, porque, si no, lo que haces es coartar y eso va en detrimento del equipo y su globalidad”.
El desafío que se impone es que Andalucía cuente con “la oportunidad de cambio, y desde Málaga impulsarlo”. “Esa misma mentalidad la vamos a aplicar para cambiar el Gobierno de España”, apostilla.