Una decena de países de la Unión Europea se han ofrecido a acoger a parte de los 400 menores no acompañados que el jueves fueron evacuados de Lesbos a otros centros en Grecia, tras el incendio que arrasó el campamento de refugiados de Moria.
Entre Alemania y Francia se repartirán 250 niños. El resto de los ocho Estados miembros se repartirán “los restantes menores”, ha afirmado Horst Seehofer, ministro del Interior alemán,.
A falta de cerrar los detalles de los traslados y de qué otros países europeos pudieran sumarse a la acogida, los Estados que ya han notificado su disposición son, junto a Alemania y Francia, Finlandia, Luxemburgo, Eslovenia, Países Bajos, Croacia, Portugal y Bélgica.
También Suiza está en conversaciones con la UE para recibir a parte de los menores, refugiados en la isla de Lesbos. Al margen de estos 400 niños no acompañados, unas 12.000 personas han quedado sin refugio. El campamento de Moria quedó arrasado por varios incendios esta semana,
La Comisión Europea, trata, ahora, de negociar con Atenas y con el resto de Estados miembros soluciones urgentes.
El campo de refugiados de Lesbos ya no existe. Las autoridades griegas tienen que poner a punto unas nuevas instalaciones, más modernas. Unas que permitan la identificación y peticiones de asilo de migrantes y refugiados cuanto antes.
El vicepresidente del Ejecutivo comunitario ha explicado que Bruselas está abierta a considerar un “papel más activo” en la gestión de la nueva instalación. Así será, si lo pide Atenas, aprovechando el personal de apoyo que ya está desplazado en la isla.
“Se ha agotado el tiempo en el que Europa puede vivir sin una política migratoria”, ha insistido el vicepresidente comunitario. A su juicio, la situación en Lesbos ha puesto en evidencia cuál es el coste de la falta de una estrategia común europea en esta materia.
Por ello, ha confirmado que, como adelantó el jueves Ylva Johansson, comisaria de Interior, el próximo 30 de septiembre ambos presentarán su propuesta de reforma de la política de migración y asilo.
El debate de esta iniciativa estaba previsto para la pasada primavera. En cambio, quedó aparcada por la crisis del coronavirus y por la negociación de los presupuestos de la UE.