Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha decidido imponer nuevos aranceles a productos importados de China. El Banco Popular de China, PBOC, responde rebajando medio punto la banda comercial de su moneda a 6,9225 dólares. Esto, de hecho, representa devaluar el yuan hasta el nivel más bajo desde diciembre de 2008.
Así, la divisa china se desplomó un 1,37% frente al dólar. A ello se une que el Gobierno chino ha ordenado a las compañías del país que no compren productos agrícolas a Estados Unidos. Esta fue una de las promesas que Pekín hizo a Trump en la última cumbre del G 20 si continuaban las hostilidades estadunidenses.
En este escenario, los analistas señalan que el PBOC ha dejado que la divisa china caída. El organismo lo niega pero admite que esa bajada del valor del yuan tiene relación con la subida de aranceles anunciada. Esta consiste en la imposición, a partir del 1 de septiembre, de tasas del 10% a productos chinos valorados en 300.000 millones de dólares.
Según Ken Cheung, estratega de divisas de Mizuho Bank, “el aumento o de los aranceles sugiere regreso del ojo por ojo y la suspensión de la negociaciones comerciales. El PBOC no ve la necesidad de mantener el yuan estable en el corto plazo”.
Por su lado, Larry Hu, jefe de economía de China en Macquire Securities, apunta que “romper la relación un dólar por siete yuanes se debe a una combinación de factores: una escalada de la guerra comercial, el debilitamiento de la economía de China y la voluntad del PBOC de tolerar una mayor volatilidad para el yuan”.
Precisamente, las autoridades norteamericanas acusan a Pekín de manipular la divisa china con el fin de evitar que se aprecie demasiado y que, en consecuencia, las exportaciones pierdan competitividad.
De hecho, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos conservó a china en la lista economías que, por sus prácticas cambiarias, merecen “atención”. Tal es así, que sigue habiendo “preocupaciones significativas” al respecto de ello y en especial por la “desalineación y subestimación” de yuan frente al dólar.
En opinión de Julian Evans-Pritchard, analista de Capital Economics, el PBOC ha permitido que el renminbi –la moneda del pueblo– caiga a su nivel más bajo en una década en respuesta a las tensiones comerciales. Parece que ha decidido que, viendo las cada vez más sombrías perspectivas de un acuerdo con Estados Unidos, merece la pena de impulsar al sector exportador chino vía depreciación pese a que atraiga la ira de Trump”.
En definitiva, con un yuan más débil, los productos chinos denominados en dólares resultan más baratos. Esto facilita que se ponga freno al efecto negativo de los nuevos aranceles sobre la competitividad de la producción de China. En cambio, las importaciones se encarecerán.
De acuerdo con el análisis de Evans-Pritchard, con esta acción, por la que se cruza la línea las siete unidades por dólar, el Banco Popular de China sugiere que abandonan la posibilidad de firmar un acuerdo comercial. Además, que se haya vinculado la depreciación con los aranceles es una demostración de que ha “convertido la tasa de cambio” en un arma.