En el marco de la propuesta de colaboración para una cesta de la compra con precios moderados, el Ministerio de Consumo hace unas recomendaciones.
Propone a las distribuidoras de alimentación interesadas en colaborar una serie de productos esenciales “nutricionalmente de calidad, saludable y sostenible”.
La cesta de la compra, según Consumo, debería contener huevos camperos, conejo, vegetales, ave y, en ningún caso, platos preparados.
Asimismo, recomienda que se cocine al vapor, usar una olla o el microondas con el fin de ahorrar energía en la cocina.
Así, esta guía que el Ministerio ha trasladado incluye productos que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición considera prioritarios para una alimentación suave y asequible.
Se ha enviado después de que surgiera la polémica por la cesta de la compra que elaboró uno de los principales grupos del sector alimentario. En ella no había productos frescos.
Este modo, la selección ha considerado los consejos del comité científico de la agencia. Se dirige tanto a la distribución como al modo de consumo con el fin de completar una ingesta diaria nutricionalmente equilibrada.
La reunión sobre los precios de los alimentos, sin acuerdo por falta de tiempo
Así las cosas, los productos de esa cesta de la compra se distribuyen por grupos de alimentos: patatas y otros tubérculos, hortalizas y proteínas.
Respecto a este último, se mencionan las legumbres, frutos secos, pescado azul, huevos y carne, mejor si es de ave y conejo. Como bebida, agua corriente.
Asimismo, se aconseja que frutas y vegetales integren el 50% de la dieta, así como los cereales, mejor integrales, otro 25%. Por último, que el otro cuarto de la dieta sean proteínas.
Además, entre las recomendaciones, que se consuman frutas y verduras cuatro veces al día. A su vez, cereales en el desayuno, comida, merienda y cena, así como patatas en las comidas centrales.
Por otro lado, en cuanto a las proteínas, su consumo estará en función de si su origen es vegetal o animal. Al tiempo, Consumo aconseja la ingesta de frutos secos en cualquier momento, y reservar las carnes, huevos y pescados para la cena y la comida.
Y ahí tenemos a la derecha del sector neoliberal, -su mayoría-, intentando reventar o imposibilitar cualquier operación que vaya en contra de este movimiento expropiatorio del mercado que intenta hacer que el valor se reproduzca como dinero en las macetas de la especulación, en lugar de represente el del bien producido con el trabajo. El que perdiendo por la disociación que el mercado realiza entre este en el bien, es transferido, en la operación especulativa, a los bolsillos los mismos inversores que determinan como se ha de orientar la economía.
Una derecha que se resiste a que sean los impuestos los que limiten dicho proceso expropiatorio del mercado sobre los salarios mediante el desbocado incremento del precio de los productos básicos, que el oportunismo especulativo traslada pasándoles los de la energía y los márgenes empresariales, en la inflación. Porque, según ellos dicen, se perjudica la cadena de valor ya pisoteada en la estafa que impide que quien se enriquece en la expropiación pague el exceso extraído que frenaría el saqueo: los impuestos como limitadores de la expropiación del injustificado y exponencial incremento y encauzamiento del valor hacia los bolsillos del privilegio. Tan ridículo que crea la oportunidad muestra a occidente financia la guerra de Putin, en dicha operación (el enemigo como inversor especulativo y proveedor de materias primas de los mercados) a menos que, en este caso, se reconozca que los mismos están pensados para demoler el derecho y la razón.