En plena crisis con Moscú a causa de una hipotética invasión de Ucrania por parte de Rusia, la OTAN ha interceptado cuatro cazas rusos en el Báltico.
Además, otro grupo de aviones de combate en el mar del Norte, en el límite del espacio aéreo de la Alianza.
La OTAN informa ahora de este incidente sucedido el jueves, cuando una misión de patrullaje de la Alianza Atlántica identificó los cazas rusos.
Así, el primero de los incidentes tuvo lugar en el báltico, haciendo saltar la alerta en la base aérea de Amari, en Estonia. En consecuencia, se desplegó de emergencia un F-15 de Estados Unidos que interceptó una serie de aviones de combate de nacionalidad rusa.
En concreto, dos Su-35 y dos MIG-31. Según la OTAN, estas aeronaves no habían informado de planes de vuelo ni se comunicaban con el Control de Tránsito Aéreo. Posteriormente, se tuvo conocimiento de que escoltaban a un avión de carga ruso modelo Tupolev 154.
En un comunicado, la Alianza Atlántica ha señalado que “el avión ruso no entró en ningún momento en el espacio aéreo aliado”. “Todas las interacciones fueron seguras y profesionales”, añaden.
Por otro lado, las fuerzas aéreas de Noruega identificaron un grupo de aviones rusos en el mar del Norte, al límite del espacio aéreo aliado.
Se trataba de un avión nodriza que reabastecía en vuelo a varios bombarderos.
En 2014 se reforzaron las misiones de patrullaje aéreo en respuesta a las acciones de Rusia respecto a sus países vecinos. Se aumentó el destacamento en los países bálticos y Polonia.
Asimismo, se desplegaron fuerzas aliadas en apoyo a Bulgaria y Rumanía para vigilar el mar Negro.
La OTAN suele interceptar aeronaves militares y civiles que no cumplen las normas internacionales de vuelo y se acercan al espacio aéreo aliado.
De este modo, se protege el espacio aéreo de la Alianza y se garantiza la seguridad de todos los usuarios del aire.