“Cayetano Redondo, un socialista alcalde de Madrid en los años treinta”, por Alfredo Liébana Collado.

Alfredo Liébana Collado.

 

Las elecciones municipales en Madrid del 12 de abril de 1931 resultaron decisivas en la caída de la monarquía, la victoria fue tan abultada de los republicanos, que convenció a los partidos monárquicos de que ya el régimen estaba en seria decadencia y el propio rey Alfonso XIII decidió en consecuencia abandonar el país.

Curiosamente, si nos atenemos al resultado total en toda España, fueron elegidos 40.324 concejales monárquicos por 36.282 republicanos y socialistas, 3.219 de Esquerra Republicana, 1014 de la Lliga, 267 Nacionalistas vascos, 67 comunistas y 1207 independientes, pero el resultado en las capitales de provincia produjo un abrumador cambio, al ser elegidos sólo 10 alcaldes monárquicos por 37 de la conjunción republicano socialista y 3 de Esquerra republicana. La izquierda había obtenido el 80 % de las alcaldías provinciales. En Madrid la conjunción republicano-socialista obtuvo el 76 % de los votos emitidos. En esta época Madrid tenía aproximadamente un millón de habitantes y Barcelona tenía una población similar.

La conjunción republicano-socialista obtuvo en Madrid una rotunda victoria obteniendo treinta de los cincuenta puestos a elegir, siendo de ellos 15 socialistas y 15 republicanos.

 

 

Cayetano Redondo Aceña resultó elegido por el distrito de Chamberí con uno de los resultados en número de votos y en porcentaje más abultado de Madrid, al obtener el 70 % de los votos emitidos a favor de la candidatura republicano-socialista, en su misma lista estaba Niceto Alcalá-Zamora (12.275 votos, el resultado personal más elevado de todo Madrid) y otro republicano, mientras los dos concejales de la minoría monárquica salieron con apenas el 30 % de los votos.

El alcalde elegido fue Pedro Rico, republicano (Acción Republicana). El consistorio fue suspendido entre 1934 a 1936, retomándolo de nuevo en 1936 como consecuencia de la revolución de octubre (aunque los republicanos de izquierda no tuvieron nada que ver), por un corto período por el propio Pedro Rico, porque las autoridades de Madrid fueron evacuadas ante el cerco resultado de la sublevación, siguiendo la decisión del Gobierno de la Nación. Ante esa circunstancia fue nombrado alcalde interino Cayetano Redondo (PSOE) desde finales de 1936 hasta abril de 1937, al ser sustituido por Rafael Henche, hasta el final de la guerra.

 

 

El primero de los concejales elegidos en Chamberí, Niceto Alcalá Zamora, abandonaría el Ayuntamiento para formar parte del Gobierno provisional de la II República y en diciembre de 1931 resultó nombrado para ocupar la Presidencia de la República.

Pequeña Biografía de Cayetano Redondo (1888-1940):

 

 

La vida de Cayetano Redondo es parecida a la de otros muchos socialistas de la época, al ser de origen humilde, empezó a trabajar con sólo catorce años, primero en una sastrería y luego en una imprenta. En 1904 comenzó a estudiar tipografía en la Escuela de Aprendices Tipógrafos, coincidiendo en ella con Andrés Saborit y García Quejido. Fue oficial cajista del Ministerio de Fomento en 1917, y oficial auxiliar de Artes Gráficas en el Instituto Geográfico Catastral y Estadístico en 1931.

Pronto se incorporó a las JJSS en 1904 ejerciendo labores de propaganda mediante la escritura con frecuencia de artículos, uno de ellos de corte antimilitarista contra la Guerra de Marruecos lo que provocó la detención de su director durante seis meses, ya que en esta época el director se hacía responsable del contenido de todos ellos.

Sindicalista desde joven se incorporó en 1904 a las Juventudes Socialistas de Madrid y en 1910 entró en el Comité Nacional de la Federación de las Juventudes Socialistas de España (JSE), que llegó a presidir en 1925.

Como periodista entraría en 1918 en la redacción de El Socialista donde estaría durante 10 años bajo la dirección de Saborit, posteriormente resultó ser su redactor jefe en 1925 y director de marzo de 1930 a junio de 1931. Su dedicación al periódico fue completa durante catorce años, escribiendo comentarios, reseñas e informaciones que nunca firmaba en su actividad y consiguió pasar de una tirada de 1.500 a 89.000 ejemplares; así mismo, fue también en 1933 director del Boletín de la Unión General de Trabajadores (UGT), así como de Renovación órgano de las JJSS de 1931 a 1936, El Trabajo (órgano de la sociedad de albañiles) y La Edificación (órgano de la Federación Local de la Edificación de Madrid).

Cayetano Redondo en su actividad como concejal resultó delegado de asistencia social y teniente de alcalde del distrito de Universidad. Poco después fue nombrado diputado en las Cortes Constituyentes de la República por Segovia, lugar donde había nacido, siendo miembro de la comisión de presupuestos, de la de investigación de los sucesos de Sevilla del 30 de julio de 1931 y ponente de la de Instrucción Pública.

Cayetano como convencido internacionalista sería un activo esperantista, donde fundó en 1928 el Grupo de trabajadores esperantistas y presidió en Madrid el IX Congreso de Español-Esperanto en 1932. Mantuvo siempre correspondencia en dicha lengua con multitud de socialistas de muchos países diferentes, lo que le resultó muy útil en su labor como periodista. Participó también en una serie de conferencias sobre el esperanto, organizadas en 1934 por la Sección de Pedagogía del Ateneo Científico y Literario de Madrid.

 

 

Será nombrado Alcalde interino de Madrid desde el 11 de noviembre de 1936, al evacuarse el gobierno de Madrid, y poco después, el 23 de abril de 1937, ocupó la presidencia de la Diputación Provincial. En octubre dirigió en Barcelona una secretaría auxiliar del PSOE para apoyar a La Agrupación de Refugiados Socialistas (que agrupaba a 4.000 refugiados procedentes de otras zonas de España), con esto, impulsó la edición de El Socialista con una edición propia en Barcelona para promover la afiliación directa al PSOE frente a la integración en el PSUC. Estas tareas las impulsaba un núcleo de dirigentes que estaban cerca del Grupo Cultural Pablo Iglesias de la línea besteirista, de la que él siempre formó parte como colaborador de Saborit.

Ante la situación de la guerra en 1938 fue comisario del PSOE en el IX Cuerpo de Ejército para el frente de Andalucía. Y al finalizar ésta al intentar trasladarse a Alicante resultó detenido en Baza (Granada), siendo trasladado primero a Jaén y luego a Madrid (Torrijos), donde terminó fusilado el 21 de mayo de 1940 tras 14 meses de prisión y un proceso de depuración profesional que le eliminó del Registro Oficial de Periodistas.

Su concepción de la actividad política queda resumida en esta frase recogida por Saborit de su último discurso: “Ser hombre de ideales jamás puede ser un delito, sino un motivo de estimación y de respeto para todo aquel que sepa estimar y respetar los ideales de sus adversarios”- Jaén 10 de marzo de 1939. Con anterioridad el propio Saborit había definido su personalidad: “Redondo era la modestia personificada. Sin afanes polémicos pasó por los cargos que desempeñó con la mayor sencillez y como si su principal obsesión fuera la de no herir susceptibilidades ajenas. En todo fue bueno, cordial, humanitario y sentimental”.

Se le ha comenzado a hacer un poco de justicia al darle el nombre “Alcalde Redondo Aceña” a una calle del barrio de Sanchinarro de Madrid en el 2006.

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