Cataluña bloqueada: unas elecciones para la historia

Cataluña bloqueada: unas elecciones para la historia

Cataluña vive uno de los momentos más cruciales de su historia, con unas elecciones que están abocadas prácticamente al bloqueo ya de partida. El apoyo al independentismo cae respecto al de mayor intensidad del procés, pero lo dificulta todo la fragmentación parlamentaria y la reorganización de la derecha.

El escenario es el de unas elecciones marcadas por el auge del PSC que empata con cada una de las formaciones hegemónicas del secesionismo. A su vez, por el veto independentista a cualquier alianza con los socialistas.

Pero al otro lado, la caída de Cs, el pánico del PP y la irrupción de Vox complican aún más, si cabe, una posible vía de entendimiento. Mientras, En Comú Podem no desbloqueará nada, pese a que podría ser el eje conciliador de la izquierda.

No está claro que el bloque secesionista pueda volver a tener una mayoría suficiente para formar un gobierno. Más bien al contrario, sobre todo por las disputas entre ellos, algo que la CUP no resolverá.

Entretanto, sobrevuela que el bloqueo tras unas elecciones convulsas aboque a una repetición electoral. Con ello, el aplazamiento de la recuperación una vez que se supere la epidemia.

El caso es que, sea como fuere, parece que nadie está dispuesto a ceder. El PSC insite en que no pactará con ERC. Los republicanos dicen lo mismo y qué decir lo que aseguran los neoconvergentes de Junts. Lo han reiterado insistentemente durante la campaña.

El debate se ha centrado en, por un lado, mensajes, tachados de “triunfalistas” por el balance de la gestión de la epidemia de Salvador Illa y Pere Aragonès. Por otro, el reproche interino de Laura Borràs contra su socio en el Govern.

La personalización de los ataques alcanzó su máxima expresión con la polémica de si Illa se hacía o no pruebas diagnósticas o si se había vacunado.

Con todo y con eso, lo más posible es que el ex ministro de Sanidad gane en número de votos, aunque no en escaños. Pero ERC y Junts, sin la CUP y aun con ella, difícilmente podrá gobernar.

La opción de Vox para apoyar un Govern constitucionalista se antoja un relato de ciencia ficción. No sólo por la ultraderecha, sino porque los socialistas no están dispuestos “ni por activa, ni por pasiva, ni por perifrástica”, que dijo Illa.

El caso es que alguien tendrá que ceder o el bloqueo persistirá.

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