Como un martillo pilón, España Suma es la clave de bóveda en la que insiste en Pablo Casado, líder del PP, para hacer frente a la más que probable repetición electoral el 10 de noviembre. Con ello pretende concentrar el voto del centro-derecha entorno a la defensa de lo que los populares llaman defensa del constitucionalismo y desalojar a Pedro Sánchez de La Moncloa.
Así, trabajan con la idea de recuperar a los votantes de Ciudadanos y de Vox desencantados para que vuelvan al PP. Y con ese objetivo ya han empezado a diseñar una estrategia y algunas de las consignas. Cuentan con 20.300 concejales en toda España, algo que les permitirán llegar a casi todos los rincones de la geografía española.
Según dicen, aunque los socialistas siguen creciendo en las encuestas publicadas, en Génova son optimistas y confían en su poder territorial gracias a los miles de representantes en los ayuntamientos y a pesar del desplome en las generales del 28 de abril, cuando pasaron de 134 diputados a 66. “Cualquier cita electoral ya es para mejorar”, dicen fuentes populares.
Visto que un acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos se diluye y el tiempo apremia, en el PP se preparan. Creen que no son comparables las posibles elecciones el 10 de noviembre con las de abril. Consideran que el voto de los españoles puede ser muy distinto ahora.
Por ello, y para que no los pille con el pie cambiado, empiezan a lanzar sus mensajes de precampaña dirigidos, especialmente, a recuperar votos de la formación naranja y de la de ultraderecha. Lo ideal para ellos sería reagrupar el voto bajo la marca España Suma.
A pesar de que el partido Albert Rivera y el de Santiago Abascal descartan esa coalición, Casado insistirá en ello. “Cuando el PP suma, España gana”, será uno de sus ejes y estará incluido en los discursos y mítines del líder popular.
De momento, ya ha incorporado a su proyecto a Rosa Díez, ex fundadora de UPyD y ex del PSOE. Su intención es seguir en esa línea sumando a otros partidos regionalistas e intelectuales.
Otro eje central de su discurso será señalar la incapacidad del presidente del Gobierno en funciones para alcanzar acuerdos. En cambio, resaltará la capacidad de Casado para cerrar pactos como los de la Comunidad de Madrid, Murcia, Castilla y León o Andalucía.
Su talón de Aquiles, la corrupción, con las declaraciones en sede judicial de Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes por la trama Púnica en plena precampaña, podría ponerles en aprietos. Pero salen al paso advirtiendo, en especial a Cs, que “si Ciudadanos se equivocan de adversario, los ciudadanos le penalizarán”.