“Lo que no se puede pretender es que toda la cuestión relativa a atribuir un espacio significativo a la individualidad catalana y toda esta cuestión relativa a la integración de Catalunya en España se vaya a resolver judicialmente” (Pablo LLarena, El Mundo, 22 de octubre de 2012)
Confío en que esta frase de Pablo Llarena, publicada hace cinco años en un diario nacional siendo entonces presidente de la Audiencia Provincial de Catalunya le inspire para firmar un auto que tenga en cuenta la realidad política de Catalunya.
Porque Pablo Llarena es ahora magistrado del Tribunal Supremo responsable del futuro penitenciario provisional de Junqueras, los exconsellers y los Jordis. En su mano está una buena parte de la campaña del 21D.
En el marco de la ley y a partir del margen subjetivo de valoración que la norma le otorga a la decisión sobre la prisión incondicional, Llarena debe valorar que existen medidas cautelares distintas a la privación de libertad.
Nacido en Burgos, mientras ejercía de abogado preparaba las oposiciones para juez, pruebas que superó para que su primer destino fuera Cantabria, vuelta a Burgos para acabar presidiendo la Audiencia Provincial de Barcelona.
Designado magistrado del Tribunal Supremo hace casi dos años, desde la alta magistratura su trabajo destacó por su templanza en las decisiones y visión moderada del Derecho. Tan es así que, como hemos visto, en una entrevista defendió una solución política para el asunto territorial de España.
Fue portavoz de la Asociación Profesional de la Magistratura, conservadora en su orientación pero en la que Llarena forma parte de su posición más moderada. Conoce bien el asunto catalán y valora positivamente la solución política.
Tengo confianza, tanto en el Derecho, como en el sentido común en el que debe enmarcarse la excarcelación de los acusados y el establecimiento de otras medidas cautelares.
Editorial “Llarena”
