Las declaraciones de Ricardo Costa ponen de manifiesto que en el PP existe una trama de corrupción, apañada por los dirigentes políticos conservadores, sustentada en el cohecho y los concursos públicos y tejida para hacer trampas en las elecciones a la vez para que llevarse dinero a sus propios bolsillos.
Ricardo Costa reconoce que aquello que le denunciaron los socialistas valencianos hace más de nueve años era cierto. Rectifica las acusaciones que vertió contra mí por «mancillar el nombre de personas honestas, honradas, del Partido Popular». Pero, sobre todo, deja al pie de los caballos a muchos a los que antes ponderaba.
Ricardo Costa reconoce la trama, sustentada en el gobierno valenciano, corrompida para financiar ilegalmente al partido a cambio de favores públicos, ventaja electoral, malversación y cohecho. Una trama que estableció un sistema corrupto no solamente en la Comunidad Autónoma de Valencia.
Ricardo Costa acusa a Francisco Camps de ser una parte del cerebro, pero sobre todo el impulsor, de la financiación irregular, ilegal y delictiva del Partido Popular valenciano. Unas declaraciones explosivas que para algunos, desde hace nueve años, no nos resultan sorprendentes.
Pero Ricardo Costa monta un cortafuegos para que no afecte a Mariano Rajoy, presidente del Partido Popular entonces y actual Presidente del Gobierno de España. De forma inaudita señala que Luis Bárcenas le dijo que no permitiera que se financiera con una caja bé el Partido Popular porque eso solo se hacía en Filesa.
Que Luis Bárcenas le contestara eso a Ricardo Costa es como confiar en la honradez de José María El Tempranillo, la honestidad de los siete niños de Écija o la bondad de Alí Babá y los 40 ladrones.
Editorial “La delación de Costa”
