Editorial «Guindos y el empedrado»

Guindos reconoce que la economía española se va a ralentizar el año que viene y, ojo a la excusa del mal gobernante, la culpa es… ¡de Cataluña! Creceremos por debajo del 2,6%
Ha sido desde Washington, fue en la Cumbre de Otoño del Fondo Monetario Internacional, una intervención premeditada y políticamente teledirigida. La excusa del mal estudiante, del mal gobernante, del mal estadista.
La coartada se la puso en bandeja el economista jefe del Fondo Monetario Internacional, Maurice Obstfeld, quien subrayó la preocupación del FMI por la situación catalana y su efecto sobre el crecimiento económico español
Se apresuró Guindos, responsable de más de un desastre, a prever que la economía española se ralentizará en 2018 por el asunto catalán de marras. El perspicaz exmiembro del Consejo Asesor de Lehman Brothers encontró un nuevo flotador a su naufragio.
Responsable de la crisis financiera española de 2012 tras sendos decretos inoportunos sobre los bancos. Responsable de multiplicar la prima de riesgo de España tras la deplorable gestión en la crisis de Bankia. Nunca mueve una ceja cuando llega el momento de tener que reconocer su fracaso.
Siempre ha encontrado un lugar donde agarrarse. La crisis financiera era para él culpa de Zapatero. La prima de riesgo tuvo que ser apagada por los manguerazos de Draghi. Y ahora… la culpa es de Cataluña.
Responsable también de perpetuar un modelo de crecimiento en España sustentado en salarios bajos, derechos perdidos, recortes inexplicables y construcción recuperada. Un modelo con escaso recorrido que, si bien muestra algún indicador que malamente trata de justificarlo a corto plazo, ahonda en la desigualdad y la precariedad.
Guindos siempre tiene un momento en la vida para echarle la culpa al empedrado.

1 thoughts on “Editorial «Guindos y el empedrado»”

  1. Qué casualidad que aquellos que culpabilizan al incremento de los salarios de ser el freno del crecimiento económico, son los mismos que pregonan a los cuatro vientos que el dinero del contribuyente donde mejor está es en su bolsillo. Se puede ser más insolidario?

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