“Carta abierta al señor Pablo Casado», por Javier García Gago

Javier García Gago.

Muy señor mío:

He tenido noticia por la prensa local de que a su paso por mi tierra ha aprovechado para criticar duramente al portavoz socialista en la Diputación de Ourense… por haber tenido la osadía de interesarse por la legalidad de unas subvenciones convocadas por dicha Diputación. En concreto, parece ser que dijo usted que “tal actuación le parece un escándalo”. Pues bien, lo que a mi me parece un escándalo, teniendo en cuenta que aspira a presidir el Gobierno del Estado, es que usted tilde de escandaloso y de boicot que se consulte la legalidad de una convocatoria.

Me figuro que sabe (porque lo veo todas las semanas ejercitando con entusiasta e inusitada fortaleza sus funciones de líder de la oposición) que el deber de la oposición es controlar al gobierno, y más en concreto la legalidad de su actuación. Igualmente debe saber (por ser graduado en derecho que además tiene un máster, lo haya conseguido como lo haya conseguido) que nuestro sistema jurídico establece las competencias de cada administración, competencias que para las diputaciones vienen definidas en la Ley reguladora de las bases de régimen local, esa ley que Montoro (de su partido) modificó para recortar las de las administraciones locales. ¿Y qué pasa si una Administración ejercita una competencia de la que carece?… que su actuación es ilegal… Y el ordenamiento jurídico también establece mecanismos de corrección. En el caso de las Administraciones locales según esa ley (la reguladora de las bases de régimen local) que modificó Montoro (de su partido), son la Delegación del gobierno y las Comunidades Autónomas los encargados de ejercitarla, del mismo modo que cuando la desviación es de las Comunidades Autónomas lo es el Senado a través del mecanismo del artículo 155 de la Constitución. Creo que eso también lo sabe porque, si no recuerdo mal, era usted el que, precisamente por esa causa, pedía insistentemente la aplicación del artículo 155 en Cataluña.

Sabiendo todo esto (que no tengo dudas de que lo sabe) no acierto a entender cómo puede venir a mi tierra a criticar la labor del líder de la oposición de otra institución cuando simplemente indaga sobre la legalidad de una actuación de la Administración… a no ser que tenga que ver con que el indagado y afectado por la posible ilegalidad sea Baltar, el de la dinastía de los autodenominados “caciques buenos”, que extiende su imperio de la boina por la provincia ourensana desde que heredase de su padre el “título” de presidente de la Diputación en un congreso (de su partido) del que derivó su inhabilitación (la del padre) por enchufar en la Diputación a los compromisarios que en aquel congreso (el de su partido) deberían votar al actual presidente (el hijo). Parece tan berlanguiano como la misma saga del Marqués de Leguineche, pero es tan real como la vida misma (en lugar de “Nacional III” podría titularse “Ourensanía III”). Como verá, motivos hay para sospechar de la legalidad. Por eso su actitud, señor Casado, me parece, como poco, demagógica o, si lo prefiere, un tanto populista. A ver si al final va a resultar que en lugar de berlanguiano nos ha salido usted marxista… pero de los de Groucho, que tiene unos principios en Cataluña y otros en Ourense… aunque ya puestos se me antoja más de los de Harpo, que en lugar de hablar, toca la bocina. No quiero pensar que pasaría si a Baltar (el hijo) le diese por declarar la independencia de Ourense unilateralmente…

Y lo más paradójico de todo esto es que las Diputaciones son anacrónicas e innecesarias en un modelo como el actual, cercano al federal, donde sus competencias se duplican con las de las Comunidades Autónomas. A fin de cuentas derivan de la división provincial iniciada en 1822, hace ya dos siglos, culminada en el famoso decreto de Javier de Burgos de 1833, que pretendía aplicar un modelo fuertemente centralizado inspirado en la división departamental francesa y antagónico con el establecido por la Constitución. Vamos, que tampoco pasaría nada si desapareciesen… y prueba de ello es que en donde no existen (Comunidades uniprovinciales, excepto Navarra) ni se nota su ausencia.

En fin, señor Casado, no es mi intención robarle más tiempo, que entiendo que estará usted muy ocupado en sus labores de oposición… solo permítame decirle que espero que su partido vuelva a ocupar las posiciones de derecha moderada que abandonó desde que usted lo dirige. Porque es necesario que un partido moderado y responsable, con perspectiva de Estado, represente a los sectores sociales de la derecha para poder alcanzar acuerdos, como se alcanzaron en el pasado, en temas necesarios.

Esperando que regrese a esa moderación tan necesaria, atentamente me despido de usted

PD.: Tenga cuidado, por aquí por Galicia, que a lo que se ve, y por lo que cuentan las crónicas, mientras usted colocaba su discurso incendiario atacando a diestra y a siniestra, el señor Feijoo hacía otro distinto, bastante más moderado… ya sabe usted que dijo que su intención era quedarse en Galicia, y ya sabe lo que se dice de los gallegos… que no se sabe si subimos o bajamos… a buen entendedor… como decía Pio Cabanillas, “al suelo, que vienen los nuestros”…

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