Aunque no lo parezca, ha arrancado la carrera sucesoria por el liderazgo del Partido Conservador tras la dimisión de Liz Truss como primera ministra británica.
Y es que la discreción reina en estos primeros días en que los candidatos para ocupar la jefatura del Gobierno sopesan sus posibilidades.
De hecho, ninguno de ellos ha dado un paso definitivo para postularse como sucesor de Truss.
Tampoco Boris Johnson, ex premier y a quien la ahora dimitida primera ministra sustituyó, aclara si se presentará. Ni siquiera sus intenciones.
Sin embargo, algunos de sus colegas tories piden abiertamente que vuelva al liderazgo del partido y, por extensión, a la jefatura del Gobierno.
De momento, Johnson sigue de vacaciones en el Caribe, después de pasar unos días en Cádiz, y, oficialmente, no se ha pronunciado.
En cambio, Nadine Dorries, de máxima confianza del ex primer ministro, afirma que se está preparando para su regreso a la primera línea política.
Por otro lado, Jacob Rees-Mogg, ministro de Empresas y Energía, ha sido el primer miembro del Ejecutivo en apoyar a Johnson públicamente. En redes ha sentenciado: “Boris o el fracaso”.
Sin embargo, otros diputados no apuestan por un regreso sorpresivo. “Tenemos que dejar atrás el psicodrama de Boris Johnson”, ha dicho el diputado Crispin Blunt, valedor de Rishi Sunak, que perdió frente a Truss.
Una sucesión de Truss más ‘cara’ que con Johnson.
Así las cosas, los conservadores británicos quieren resolver el problema sucesorio en una semana. De momento, para pasar el primer filtro, cada candidato debe reunir un mínimo de cien avales.
Una cifra sensiblemente más alto que el de 20 que se requería para suceder a Johnson y, claro, así les salió el asunto. Por tanto, se exige un mayor respaldo que también suponga una mayor estabilidad para quien resulte elegido o elegida.
Precisamente, Sunak parece que es uno de los que si goza de un amplio apoyo entre los diputados tories.
Pero no es el único. Penny Mordaunt, presidente de la Cámara de los Comunes, también contaría con un amplio respaldo.
Es más. Según fuentes que cita The Times habría un presunto complot para aupar a Sunak y a Mordaunt en una especie de liderazgo bicéfalo consensuado. El reparto sería: uno Gobierna y el otro lidera el partido.
Al margen de estos tres, Sunak, Johnson y Mordaunt, hay quienes apuestan por Ben Wallace, ministro de Defensa. En cambio, él mismo se autodescarta y es posible que apoye a Johnson.
También, Suella Braverman, recientemente ‘dimitida’ –sólo 24 horas antes de la renuncia de Truss– como ministra del Interior. En unas declaraciones en Sky News ha asegurado que hablará “a su debido momento”.