Absolutamente impresentables las cargas policiales que se vivieron en la tarde del jueves contra los manifestantes frente a la Asamblea de Madrid. Completamente injustificadas pese a que un portavoz de la Jefatura de Policía argumentara que han tenido que actuar “porque han arremetido contra los agentes”.
Apenas se trataba de 50 personas que protestaban por las medidas restrictivas impuestas por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad. Se las podría haber dispersado sin necesidad de las fuertes cargas policiales de los antidisturbios de la Policía Nacional.
No sólo protestaban contra las medidas de confinamiento, sino también a favor de la sanidad pública frente a los recortes de más de 30.000 millones de euros en los últimos doce años. Unos recortes cuyo saldo es la situación epidemiológica que sufre la autonomía por la incompetencia e incapacidad de sus gobernantes.
El relato de los hechos comienza a las 19:00 horas de anteayer, cuando alrededor de 300 personas se concentraron en el centro de salud Ángela Uriarte, en Puente de Vallecas.
De igual modo fue ante otros muchos centros sanitarios de las áreas básicas de salud afectadas por las medidas restrictivas y los “confinamientos selectivos”.
En esa movilización participó Isa Serra, portavoz de Unidas Podemos en la Asamblea de Vallecas. Pasada media hora, unos 50 de los allí congregados se encaminaron hacia la sede del Parlamento madrileño. Es cierto que ese movimiento no estaba autorizado ni comunicado a la Delegación del Gobierno en la región.
Al menos cinco heridos tras las cargas policiales
Sin esperar más, agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) actuaron “para restablecer el orden y la movilidad en la zona”. A causa de las cargas policiales resultaron heridos leves dos manifestantes y tres policías. Se practicaron tres detenciones.
Entre los heridos, los sanitarios del Samur-protección Civil atendieron a una joven de 17 años con una brecha en la cabeza. Quisieron trasladarla a un hospital pero rehusó. También atendieron a un joven de 19 años con una contusión leve en la cabeza que no necesitó traslado a un centro sanitario.
Ni qué decir que ante esta reducida movilización ciudadana no se aplicó el criterio de proporcionalidad que tanto esgrimen las autoridades. Es cierto que la Orden de la Consejería de Sanidad establece restricciones de movilidad y de actividades no imprescindibles.
Sin embargo, ni el estado de alarma vigente entre el 15 de marzo y el 21 de junio suspendía derechos fundamentales como el de expresión y manifestación. De hecho, las manifestaciones y caceroladas en Núñez de Balboa se autorizaron.
Nadie, entonces, se planteó cargas policiales contra los ‘cayetanos’, a pesar de que no llevaban mascarillas ni guardaban la distancia de seguridad. Y eso que estábamos en pleno confinamiento. Incluso la presidente Díaz Ayuso defendía, por no decir que alentaba, esas protestas. Pero en esto no vamos a entrar porque otros ya se encargan de ello. Ahí queda.
En la tarde del jueves se volvió a experimentar la doble vara de medir de las autoridades en la Comunidad de Madrid. Se olvidaron, como no, del criterio de proporcionalidad en un distrito humilde repleto de trabajadores.
Ya se ha dicho con mas acierto que yo pero no quiero dejar pasar la ocasión para en palabras sencillas y de pueblo decir que es una verguenza esa reaccion de las fuerzas del orden.
Si el único arma frente al poder establecido, por cierto excesivamente reaccionario, para el pueblo es la protesta callejera y la manifestación, no se permite, en que quieren que se convierta en realidad este ensayo de democracia?
Este obierno, de izquierdas, no tiene nada que decir y mejor, hacer?