Los magistrados del Tribunal Constitucional (TC) Juan Carlos Campo y Laura Díez se han abstenido en ciertos asuntos que debe tratar la Corte de garantías.
El Pleno ha avalado las abstenciones. Asimismo, ha designado ponente para que lleve a la próxima sesión plenaria las recusaciones de Vox contra Cándido Conde-Pumpido, presidente del TC, Campo, Diez y María Luisa Segoviano.
El ex ministro de Justicia y la ex alto cargo de Presidencia decidieron apartarse en algunos de los asuntos del orden del día.
En concreto, los recursos referentes a la ley del ‘sólo sí es sí’, la reforma laboral y el 25% del castellano en las aulas de Cataluña.
La que fue candidata del Gobierno para ocupar un puesto en el Constitucional, y que ahora ocupa, se abstuvo sobre este último asunto.
El Pleno debe estudiar un recurso de Omnium Cultural. Concretamente, contra la decisión del TC de rechazar su personación en la cuestión de inconstitucionalidad que formuló el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).
El Alto Tribunal insta al Constitucional que revise la ley del Govern que suprime la obligación de impartir un 25% de las clases en castellano.
Además, según fuentes de la Corte de garantías señalan que la abstención de Díez se extenderá a las cuestiones de los recursos del PP y Ciudadanos contra esa ley.
Estos últimos asuntos recayeron sobre Díez cuando asumió toda la cartera de Antonio Narváez, ex magistrado del TC desde el 9 de enero.
La magistrada sostiene que firmó varios dictámenes del Consejo de Garantías Estatutarias de Cataluña, en calidad de vicepresidente, favorables a no imponer ese porcentaje. De ahí que se aparte.
Meritxell Batet y Juan Carlos Campo son pareja en la actualidad
Por su lado, Campo ha decidido apartarse del asunto de admisión o rechazo del recurso de Vox contra la ley del ‘sólo sí es sí’.
Argumenta que, cuando el Gobierno diseñó la norma, él todavía era ministro de Justicia.
Asimismo, se aparta del debate acerca de varios requerimientos de información vinculados a los recursos contra la votación de la reforma laboral.
En ese sentido, el Pleno debe debatir sobre tres impugnaciones: la del diputado popular Alberto Casero, la del PP y la de Vox.
Los recursos se dirigen contra Meritxell Batet, presidente del Congreso y actual pareja del ex ministro de Justicia.
Cabe recordar que Casero se equivocó en el voto telemático, votando a favor y salvando, así, que la reforma laboral saliera adelante.
Horas después intentó votar presencialmente, lo que le negó Batet. Los letrados de la Cámara Baja, por su parte, concluyeron que el error fue humano y no un fallo del sistema de votación.
Para terminar, en el caso de Campo, tuvo que apartarse también de otros casos cuando retomó su actividad en la Audiencia Nacional después de dejar su cargo en el Ejecutivo.
Concretamente, se abstuvo en decisiones vinculadas a partidos políticos, como las piezas ‘Dina’ y ‘Kitchen’ del ‘caso Villarejo.
Un comportamiento que suele ser habitual cuando a los magistrados les conciernen los asuntos que aborda el Constitucional.
No les debió pareció bien ese buen comportamiento honesto y honrado a Pedro González-Trevijano, ex presidente del TC, ni a Antonio Narváez.
No se apartaron ante las recusaciones de Unidas Podemos y luego PSOE en la votación que finalizó paralizando el debate en el Senado sobre el cambio de sistema de renovación de los cargos judiciales caducados. Precisamente, ellos lo estaban. Ahí lo dejo, pero vergüenza no les debe quedar.
¿Donde está ahora García Trevijano?