“Campo de amapolas”, por Mari Ángeles Solís del Río.

Mari Ángeles Solís del Río.

Mari Ángeles Solís del Río · @mangelessolis1.
Un solo camino y tres vertientes… que llevaban directamente al abismo.

Cierra los ojos. Que jamás te ciegue esa luz falsa, esa luz de artificio que se apaga cuando le das la espalda. Verás las rocas afiladas que esperan tu caída, que parecen abrirte los brazos para abrazarte… eternamente. No mires, no. No dejes que te cieguen, no dejes que te engañen.

Camino al precipicio… no todo el campo es verde, no. También hay flores. Me gustan las flores. Las tienes de todos los colores. Azules, naranjas, moradas… y las rojas, mira las rojas, mira mis amapolas. Esas flores silvestres que nacen en las cunetas.

No quiero para ti flores con espinas que te hieran el alma, que te hagan jirones con su propio espanto. Te doy mis amapolas. ¡¡Míralas!! Parecen puños levantados, parece que gritan, en su murmullo se escucha que ya es primavera.

Qué tendrán las cunetas de nuestros caminos, qué dirán las piedras a nuestro paso… que no te ciegue el espanto de las espinas, toma mis amapolas y mira el riachuelo que serpentea bajo el cielo cálido porque ya es primavera, lo dicen nuestros pasos. Y lo verde del campo se secará bajo el sol inclemente de agosto y tus pasos andarán solos y desorientados.

Un solo camino y tres vertientes… que se unen en el ocaso.

Ahora, abre los ojos. Ya no te ciega el espanto. Ya tienes mis amapolas en tu mano. ¿Ves?, ya sé que sólo hay un camino. Pero su final no son tres finales que siembran desencanto. Recuerda, la tierra sigue siendo redonda, y tienes mis amapolas en tus manos, que ya llegó la primavera, que ya no te engañan con discursos baratos…

Por eso, ahora que puedes, vuelve sobre tus pasos y tu vida, tus sueños, te seguirán esperando. Camina hacia el futuro, que el viento te acaricie al paso. El verde del campo es un engaño, en agosto será pajizo y un mal viento le hará arder igual que un rastrojo.

De todas las flores, elige las amapolas porque son rojas y guardan el sendero. Las azules, las naranjas… mañana perderán su encanto. Toma las amapolas y sigue caminando. El camino no acaba en esas tres vertientes que conducen al abismo. Un solo camino pero dos direcciones. Elige bien. ¿La de la verdad o la del espanto? No te engañarán jamás si llevas siempre mis amapolas en tus manos.

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