Un camello que trotaba por las vías en la región rusa de Astracán, cerca de la frontera con Kazajistán, provocó que un tren llegara dos horas tarde a su destino. El animal no se apartó, pese a que el maquinista hizo uso del silbato en repetidas ocasiones.
“El mamífero corrió tranquilamente por las vías del ferrocarril y no reaccionaba a los silbatos”, señalan en el portal local Arbuz y recoge mundo.sputniknews.com. De hecho, el tren tuvo que frenar de emergencia y fue detrás del camello hasta que este decidió tomar otro camino.
La región de Astracán es uno de los pocos lugares del mundo donde se crían estos animales a nivel industrial. Aproximadamente 500 camellos viven en un antiguo kóljoz soviético, en la granja de Zariá.