CALLES DE PIEDRA QUE GRITAN “LEONOR» por Mari Ángeles Solís

Mari Ángeles Solís del Río.

Sucumbiendo al dolor del recuerdo, emborrachando de versos las callejas de piedra… los pasos del poeta se tambalean bajo la luz vacilante de algún farol. En los suburbios de la melancolía, cuando el corazón late sin precisión y por obligación, tal vez el viento lejano susurra un nombre, tal vez la niebla en son de venganza, le grita, hacia dentro “Leonor». Porque el tiempo es esa maldita medida que marca el paso entre la muerte y la desesperación.
¿Qué dijiste, poeta, que no se te escuchó?
Hace unos días, este Diario, se hacía eco del nombramiento de Antonio Machado como “Hijo Adoptivo» de Baeza por parte del Ayuntamiento de la ciudad Patrimonio de la Humanidad. También pudimos disfrutar de las palabras de la Alcaldesa socialista, Lola Marín, que nos trasladó en exclusiva para Diario Progresista: “Nuestro paisaje, costumbres y modos de vida fueros reflejados en sus textos, sirviendo para reflejar la sociedad baezana de principios de siglo.
Nuestro nombre y el del Poeta están indisolublemente unidos, nuestra ciudad quiere destacar a quien ha contribuido con tanto acierto a ensalzar esta ciudad andaluza.”
El próximo día 22 de febrero se celebrará un acto en el cual, Machado, su poesía y su talante, no sólo destilarán el olor de Baeza en primavera, sino que además, la Semana Machadiana, del 18 al 22 de febrero, trasladará poesía a cada rincón del mundo.
Entre el espanto y la realidad, en un camino inconcluso donde el amor muere, asomado al precipicio está aún el llanto por Leonor. Con una cicatriz que se alarga envenenando el alma, rechazando el futuro y colmando con su gota macabra la siniestra copa que se llenó de hastío. Allá, por los recodos del olvido, como una burla cruel, se desliza entre las sombras su grácil y joven silueta, haciendo más profunda la herida. Leonor, quien te tuvo en su vida, y quien ya no puede tenerte en su muerte en vida, el poeta… porque, a veces, parecía como un fantasma por las calles de piedra tras tu recuerdo. Leonor…
Así conocieron, las calles de Baeza, esas calles de piedra donde se pierden las siluetas de los soñadores, calles de piedra donde se encuentran las siluetas de los enamorados, calles donde la niebla esconde el palpitar de quien llora, esas calles que vieron pasar al poeta… y así le conocieron, con su tristeza a cuestas, acaso sintiendo aún la leve mano de Leonor agarrada a su mano, a su mano cálida, de dedos finos… a su mano de profesor de francés.
Calles como caminos, calles como laberintos, calles de una belleza indescriptible, calles donde se respira poesía… calles que aún llaman a Leonor…
¿Qué dijiste, poeta, que no se te escuchó?….

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