En la mañana de este martes, la calima ha cubierto una gran parte de la Península Ibérica con esa densa nube de fino polvo en suspensión procedente del Sáhara. También, ese paisaje rojizo.
Este fenómeno meteorológico se extenderá durante el martes y el miércoles, aunque, si llegan lluvias podrían disipar la nube.
Si bien es algo relativamente habitual en lugares como las Islas Canarias, no lo es tanto en la Península. Menos aún por la amplia extensión de territorio que ha cubierto.
Así, hay que tener en cuenta que la calima puede ser perjudicial para la salud, especialmente para aquellas personas que padecen patologías respiratorias.
Asimismo, para quienes sufren enfermedades cardiovasculares crónicas ya que esas partículas en suspensión pueden provocar procesos inflamatorios en el sistema circulatorio.
Por eso, conviene protegerse de la calima, adoptando ciertas pautas de prudencia básicas, sobre todo por parte de quienes pertenezcan a esos grupos de riesgo.
Prácticamente todos los ayuntamientos de las zonas afectadas de la Península han publicado una serie de recomendaciones para protegerse del polvo en suspensión.
Así, es aconsejable evitar las actividades al aire libre durante un tiempo prolongado. Más aún, si para éstas se necesita hacer un esfuerzo físico, puesto que ello obliga a aumentar el volumen de aire que inhalamos.
Una herramienta que puede resultar especialmente útil para combatir la exposición a la calima es la mascarilla. Estamos familiarizados con ella desde hace más de dos años y nos puede ayudar a reducir la inhalación de partículas si no queda otra opción que exponernos a ellas.
Con todo, y a nivel general, las autoridades recomiendan permanecer en el interior de las casas todo el tiempo que sea posible. Además, cerrar bien las ventanas para evitar que el polvo entre en la vivienda.