Cae el porcentaje de españoles con estrés tras la epidemia

Cae el porcentaje de españoles con estrés tras la epidemia

A finales de 2020, el porcentaje de españoles que sufría estrés se situó en el 81%. Sin embargo, según un estudio, esa tasa ha caído al 75%. Sigue siendo alto, pero empieza a haber signos de relajación, aunque se vuelve a niveles de principios de 2019.

Así, el informe Cigna 360 Well-being Survey señala que los niveles de estrés derivados de la pandemia están disminuyendo.

Los españoles van recuperando poco a poco el control de su vida, interiorizando y readaptando sus hábitos y antiguas rutinas a la nueva realidad.

Antes de la irrupción de la Covid-19, la incidencia de esta problemática era todavía más elevada que en la actualidad. En enero de 2020, el 77% de los españoles reconocía sufrir estrés.

“Aunque las cifras proporcionadas por nuestro estudio reflejan una mejora, siguen siendo elevadas”, apunta María Sánchez, e-Health Medical Manager de Cigna España.

De hecho, indica, hasta tal punto es así que “nos enfrentamos a otra pandemia mundial, la del estrés. Por ello, en este contexto de transición, es crucial seguir trabajando para reducir sus efectos psicológicos”.

Sánchez explica que “una exposición prolongada a un estado de tensión tiene graves consecuencias en nuestro bienestar holístico, generando múltiples trastornos, desde físicos (fatiga, cefaleas, problemas gastrointestinales, insomnio…), hasta conductuales (impulsividad, agresividad, nerviosismo…) o emocionales (baja autoestima, falta de atención, frustración, tristeza o, incluso, depresión y ansiedad)”.

En este sentido, teniendo en mente los múltiples riesgos que presenta el estrés para nuestra salud, es importante adoptar pautas desde un enfoque integral.

Seis consejos para combatir el estrés

Solo así será posible comprender cómo y por qué una persona reacciona de una manera, o ante qué situaciones experimenta emociones negativas. Para conseguirlo, Cigna propone seis acciones sencillas y muy útiles a la hora de hacer frente a los numerosos factores de estrés a diario. En última instancia, repercuten en la salud y en el bienestar integral de las personas:

  • Relacionarse con el círculo social más cercano y compartir las inquietudes del momento. Una red de apoyo sólida ejerce como uno de los pilares fundamentales de la salud integral de las personas.
    Disfrutar de vínculos emocionales de calidad genera emociones positivas que influyen en el bienestar físico y mental. Por tanto, compartir una situación de estrés con amigos, familiares o compañeros, puede ser un gran alivio y ofrecer una nueva perspectiva.
  • Reconocer y comprender la realidad actual. El estrés puede ser desconcertante. La presión acumulada puede crearse por cualquier cosa, ya sea por la excesiva carga de trabajo o por preocupaciones financieras.
    Consecuentemente, para evitarlo, es recomendable dar un paso atrás y evaluar lo que está pasando. Hay que entender que todos los pilares que influyen en la salud integral están interconectados (salud laboral, familia, hogar, red de apoyo, salud financiera y acceso a la atención médica). Así, será más fácil hacerse cargo de la situación y tomar el control de la realidad.

Ejercicio físico y dieta rica en vitamina C

  • Convertir el ejercicio físico regular y el descanso nocturno en un hábito. Emprender acciones relacionadas con la promoción de un estilo de vida saludable es muy recomendable para ayudar a mejorar el bienestar emocional de cada individuo.
    Así, practicar ejercicio físico contribuye a la liberación de serotonina, una hormona encargada de estimular el estado de ánimo. A su vez, respetar las horas de sueño de forma regular también permite reiniciar la mente y mejorar la sensación de bienestar.
  • Incluir en la dieta alimentos ricos en vitamina C y omega-3. La comida puede contribuir a combatir el estrés. Hay que apostar por alimentos ricos en vitamina C, magnesio, calcio y omega-3. Estos garantizan la liberación de dopamina y serotonina, hormonas que influyen en la sensación de felicidad.

Acudir a un especialista presencial o telemáticamente

  • Confiar en el consejo de un profesional de salud mental. Asistir a sesiones de coaching con terapeutas o psicólogos es recomendable a la hora de afrontar posibles conflictos derivados del día a día.
    Hay que recordar que cada persona tiene una forma diferente de sentir y percibir el entorno. Por tanto, es primordial aprender a gestionar las emociones que pueden generarse.
  • Utilizar aplicaciones de bienestar mental que potencien la meditación. Es interesante contemplar la implantación de herramientas que contribuyan a reducir el estrés y la ansiedad para cuidar la salud mental de las personas.
    Contar con soluciones de telemedicina puede ser muy eficaz. Facilita el acceso a orientación psicológica de la mano de los mejores profesionales de la salud, en cualquier momento y lugar.

Más allá de estas acciones, es importante tener en cuenta que la pandemia irá evolucionando e irá marcando nuevas pautas que seguir. A nivel mundial el porcentaje de personas que actualmente reconoce tener estrés se sitúa en el 83%. Se trata de una cifra muy elevada que denota la importancia de seguir combatiendo esta patología.

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