Lo que sucedió el fin de semana en la Sierra de Madrid sobrepasa lo imaginable y vergonzoso en plena oleada de coronavirus causando, incluso, problemas de seguridad.
Atascos, coches mal aparcados, cientos de personas en filas interminables para acceder a los remontes. El Parque de Guadarrama se ha colapsado y ha aumentado un 38% el número de rescates.
Se han dado las circunstancias perfectas para que la inconsciencia de muchas personas y la ineficacia del Gobierno regional causen esta brutal saturación. La Sierra de Madrid será el origen de mañana por la cifra de contagios que a buen seguro se verá en unos días.
Unas navidades contenidas y restringidas a las que siguió la gran nevada ocasionada por la borrasca Filomena y un excelente sol y buen tiempo. Si lo salpicamos con la contradicción de un Ejecutivo perezoso como el de Isabel Díaz Ayuso, tenemos la tormenta perfecta.
Nada hizo el Gobierno regional para evitar que los madrileños salieran este fin de semana a saturar la Sierra de Madrid. Tampoco hicieron nada algunos muchos madrileños que ignoraron las restricciones y, lo que es peor, las precauciones.
Cada vez que sale el sol, los urbanitas inconscientes acuden en masa al centro de diversión invernal que representa la sierra madrileña. Después surgirán las quejas por doquier por nuevas y más duras restricciones que Ayuso sigue sin atreverse a imponer para frenar la expansión del virus.
La evidencia se deja sentir con toda la crudeza. La presidente regional cacareó hace unos días que “para arruinar a la hostelería, conmigo que no cuenten”. Bastaron tres días para que recogiera el cable. Su consejero de Sanidad anunció el adelanto del toque de queda a las 22:00 y el cierre de comercios y hostelería a las 21:00 desde hoy.