Lo que parecía que sería una larga negociación por la renovación de los altos cargos de la UE se tornó ayer en una cumbre exitosa y Josep Borrell, ministro de Exteriores en funciones, se convertirá en el Alto Representante del bloque comunitario, en sustitución de la italiana Federica Mogherini. Al nombre de Borrell en los altos cargos se une el de la alemana Ursula von der Leyen, respetada aunque desconocida, que asumirá la Presidencia de la Comisión Europea, siendo la primera mujer en la historia al frente del Ejecutivo comunitario, sucediendo a Jean-Claude Juncker.
Con su designación, Borrell devuelve a España al más alto nivel institucional, más representativo que ejecutivo. Leyen, por su parte, ha conseguido congregar en torno a sí el consenso que los anteriores favoritos no habían obtenido, desde Frans Timmermans, pasando por Manfred Weber hasta llegar a Margrethe Vestager.
Además, Charles Michel, primer ministro en funciones belga, se convertirá el 1 de diciembre en el presidente del Consejo Europeo, cargo ostentado por Donald Tusk. Por último, cuando Mario Draghi se jubile el 31 octubre, su cargo al frente del Banco Central Europeo será ocupado por Christine Lagarde, actual directora gerente del Fondo Monetario Internacional.
No ha tenido suerte Iratxe García, recién elegida líder de Socialistas y Demócratas, en el final de las negociaciones, que aspiraba a presidir el Parlamento Europeo, y será el italiano Sassoli quien ocupe la Presidencia de la Eurocámara durante los dos primeros años y medio.
Las dos piezas más cotizadas, la Comisión y el BCE, se las cobran Alemania y Francia. Para Emmanuel Macron la política monetaria no podía acabar en manos de Jens Weidmann, ni que el Ejecutivo fuera capitaneado por Manfred Weber. Angela Merkel, si tenía que renunciar a las demandas del poder económico de Frankfurt, exigía a alguien afín en Berlaymont. Y así ha sido.
Por lo demás, España, el sur, y también el socialismo, logran una figura más protocolaria que poderosa al cobrarse la Política Exterior. Quedaba contentar a los liberales, que obtienen una mayor representación y consiguen colocar en la Presidencia parlamentaria, tradicionalmente ocupada por conservadores y socialistas, a su candidato. A Timmermans y a Vestager se los compensa con dos vicepresidencias, las más importantes, mientras que Weber queda apartado y se lo relega a presidir el grupo popular en la Eurocámara, con la aspiración de lograr la Presidencia en 2022.
Mi enhorabuena al señor Borrell por el cargo para el que fue designado ayer, Alto Representante del bloque comunitario. Al igual que en los cargos que anteriormente ha desempeñado, en su trayectoria politica sabrá hacer lo mejor para España.