No había ninguna duda de que el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) subiría este jueves los tipos de interés.
Faltaba despejar la incógnita de si lo haría en otros 50 puntos básicos o en 75 puntos básicos, como finalmente así ha sido.
Por tanto, la autoridad monetaria de la divisa europea ha optado por la posibilidad más agresiva para tratar de contener una inflación desbocada.
De este modo, el tipo de interés para sus operaciones de refinanciación se sitúa ahora en el 1,25%.
Asimismo, la tasa de depósito se eleva al 0,75% y la de facilidad de préstamo al 1,50%.
Así, después de esta subida, el precio del dinero se eleva su nivel más alto desde 2011, cuando el BCE inicie los estímulos monetarios.
Una senda que se ha prolongado durante más de una década y que llegó a situar los tipos de interés en negativo.
Además, es la primera vez que la autoridad monetaria lleva a cabo un nivel tan alto de incremento del precio del dinero.
De hecho, la última vez que se acometió un aumento parecido fue en 1999, siendo parte del proceso de transición para adoptar el euro.
No obstante, el BCE avisa de que seguirán subiendo los tipos de interés. Explica que “la inflación sigue demasiado alta y probablemente esté por encima del objetivo [el 2%] por un periodo extendido”.
De este modo, señala, la intención es “suavizar la demanda” y proteger “contra el riesgo de un incremento persistente de las expectativas de inflación”.
Por otro lado, como el precio del dinero deja las tasas negativas, el BCE abandona el sistema de remuneración doble para el exceso de reservas.
Igualmente, en cualquier caso, continuará reinvirtiendo los principales de la deuda vencida que se compró al amparo del programa de compras contra la pandemia. Es decir, hasta finales de 2024.
Asimismo, las compras del programa de activos públicos seguirán durante un periodo de tiempo “extendido”.