Las 167 personas fueron detenidas en 2017.
Un tribunal de Bahréin a sentenciado a 167 personas a penas de entre seis meses y diez años de cárcel. Habían sido arrestadas en 2017 por una sentada frente a la residencia del jeque Isa Qassim, principal clérigo chií del país.
El objetivo de aquella protesta era evitar la deportación del líder religioso como consecuencia las medidas contra figuras chiíes y activistas que critican el Gobierno.
No obstante, en la sentencia no se especifican los cargos presentados contra las personas ahora condenadas, aunque un portavoz del Ejecutivo ha precisado que todas fueron declaradas culpables de “secuestro y tortura de ciudadanos inocentes y ataques contra oficiales de la policía”.
Dos de las defensas han anunciado que apelarán. Los detenidos permanecieron encarcelados durante seis meses y fueron puestos en libertad bajo fianza a finales de 2017. No estaban presentes en la lectura del veredicto, que se dictó en febrero.
La escalada de tensión se hace patente en Bahréin con un aumento de la represión contra la oposición. Incluso, se han prohibido los partidos opositores y se ha condenado a líderes de la oposición y activistas. Estos han denunciado en numerosas ocasiones la violencia empleada por las fuerzas de seguridad, asegurando que más de cien personas han muerto desde que comenzaron las protestas, la mayoría de ellas a causa de la inhalación de gases lacrimógenos y atropellos con vehículos policiales.
Las protestas han llevado a que cientos de personas hayan sido condenadas a penas de prisión por presunta pertenencia a organizaciones terroristas y participar en manifestaciones o disturbios.
Bahréin es aliado de Estados Unidos y las monarquías del Golfo Pérsico y lleva reprimiendo violentamente las demandas a favor de la democracia desde 2011. Así, promulgó la Ley de Seguridad Nacional, por la que tropas saudíes y emiratíes entraron en el país para colaborar en la represión.