Sabe que se la juega si no acude a la Convención Nacional del PP y esa es la única razón por la que Isabel Díaz Ayuso, la presidente de la Comunidad de Madrid, ha modificado la agenda de su viaje a Estados Unidos.
En el particular pulso que mantiene con Génova, desde la Puerta del Sol tratan de idear un nuevo plan. La Convención Nacional es el cónclave más importante de los populares en el que se pretende consagrar a Pablo Casado como líder indiscutible.
Además, como “auténtica alternativa” a Pedro Sánchez. No en vano, Casado tiene que encumbrarse porque la presidente regional madrileña está empezando a hacerle sombra.
No en vano, durante los meses más duros de la epidemia, y posteriormente con más énfasis, Ayuso se ha posicionado como la única ‘resistencia activa’ a las decisiones del Gobierno central.
En esa consagración de Casado en lo que Ayuso intentará influir. Fuentes del Ejecutivo madrileño señalan que el viaje se llevaba preparando desde junio. Eso, pese a que se sabía que la Convención Nacional se celebraría seguramente en esas fechas.
Ahora, la jefa del Gobierno de la Comunidad de Madrid rectifica y ella misma apuntó que estaba tratando de modificar la agenda de su viaje. Este lunes, fuentes de su entorno han confirmado que intentará estar en Valencia el sábado 2 de octubre.
Su intención es estar presente en la mesa de presidentes autonómicos del PP junto a otros barones territoriales del partido. A su vez, ella misma aseguró el pasado viernes que “nunca eclipsaría” a Casado en un “evento de esa magnitud” como es la Convención Nacional.
Si cumple con sus ‘intenciones’, Ayuso, además de en la mesa de barones autonómicos, estaría en otra con presidentes provinciales y alcaldes populares.
Lo cierto es que, en el trasfondo, la presidente madrileña ha conseguido centrar el foco mediático durante la semana pasada en la pugna por presidir el PP de Madrid.
Los medios nos hemos hecho eco de su reclamación para que se adelante el Congreso regional y se celebre antes de la primavera de 2022. Así, ‘desapareciendo’ del escenario mediático durante una semana crucial para el partido, ella dejaría de ser el centro del foco. Y eso no le conviene.
Su fuerza interna en el partido sigue casi intocable y empiezan a levantarse voces a su favor, aunque también en contra. Ayuso no se puede permitir dejar de ejercer presión a la cúpula nacional. Es lo que hay detrás de su reciente decisión de acudir a la Convención Nacional. Al tiempo.