La ayuda al combustible de 20 céntimos por litro dejará de tener vigencia el 1 de enero de 2023 y Nadia Calviño, ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, se plantea si mantenerlo universal.
A su juicio, “lo deseable” es que, caso de prorrogarse, “se restrinja” al ámbito profesional y a ciertos colectivos vulnerables.
Así lo ha manifestado en declaraciones a TVE. Destacó que la incertidumbre por la guerra en Ucrania hace que el Gobierno se plantee qué hacer con esta ayuda al combustible.
En ese sentido, explicó que el Ejecutivo está analizando cuál podrá ser la evolución de los precios con mayor incidencia en la inflación. Es decir, el del petróleo y el del gas.
Será tras ese análisis cuando verá si se debe prorrogar esa bonificación, así como su extensión y ámbito de aplicación.
Al respecto, la también vicepresidente primera ha insistido en que la ayuda ha tenido un efecto importante para bajar la inflación.
No obstante, recordó que la medida tiene un alto impacto fiscal y que no discrimina entre rentas altas y bajas.
Así las cosas, Calviño considera que “en general, el objetivo tiene que ser que centremos las ayudas en las familias más vulnerables”.
Asimismo, “en las personas de clase media, los trabajadores, los autónomos, pero no en aquellas familias que no necesitan este apoyo con los fondos públicos”.
“Por eso”, continuó, “vamos a ver si conviene extenderlo o más bien, y yo creo que eso sería lo deseable, lo podemos restringir”. “Por ejemplo, al ámbito profesional y a determinados colectivos”, detalló.
Ribera ya habló de restringir la ayuda al combustible
En esa línea se expresó su colega de Gabinete, Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, en declaraciones a RNE hace unos días.
Señaló que la ayuda “fue una decisión de emergencia de este verano, con precios muy elevados de los combustibles”.
En cambio, deslizó, el Gobierno analiza qué medidas deben prorrogarse “durante todo el año 2023”, cuáles se deben matizar y “cuáles deben ser reforzadas”.
Aunque los precios de carburante han subido y bajado, lejos de los extremos de julio, siguen estando especialmente caros.
Esta semana, la gasolina subió hasta situarse, de media, en los 1,784 euros por litro, mientras que el gasóleo bajó hasta los 1,939 euros.
Son precios muy elevados respecto a los habituales en esta época del año. En concreto, la gasolina se ha encarecido un 4,7% respecto a la misma semana de hace un año, y el gasoil, un 25,4%.