Habrán nuevos tipos de visados.
Según ha anunciado Scott Morrison, primer ministro australiano, se reducirá la entrada de inmigrantes desde los actuales 190.000 anuales a 160.000. Asimismo, ha avanzado medidas adicionales con el fin de favorecer los movimientos desde las grandes ciudades hacia zonas rurales. También, que habrá nuevas categorías de visados, lo que obligará a que 23.000 migrantes cualificados trabajen, al menos, tres años en zonas rurales antes de optar a la residencia permanente. Igualmente ofrecerá a estudiantes internacionales acuerdos para estudiar fuera de las grandes ciudades.
Este paquete de medidas pretende ayudar a que se minimice la presión que soportan las grandes urbes. “La migración y aquellos que han venido a Australia a hacer una contribución, y no a recibirla, ha sido un enorme ayuda para Australia”, aseguró Morrison. “Queremos seguir incentivando esto”, reiteró.
Después de que el primer ministro haya sido criticado por los tiempos y la visión del anuncio hecho, señaló que el debate sobre la inmigración está siendo “secuestrado por aquellos que tratan de utilizarlo para otras causas”. “Esto es un problema práctico que los australianos quieren solucionar, y que las comunidades migrantes también quieren solucionar”, sostuvo.
Según datos del ejecutivo, el 20% de los inmigrantes que recalan en Australia vienen de India, el 15%, de China y el 9%, de Reino Unido.