Aumentan un 41% los accidentes con furgonetas en España

Aumentan un 41% los accidentes con furgonetas en España

En los últimos 5 años han provocado 935 muertos y casi 4.600 heridos graves.
Ayer se presentó el estudio Furgonetas en la carretera: ¿un riesgo para la seguridad vial? Análisis y evolución de su siniestralidad (2011-2015), elaborado por la Fundación Línea Directa en colaboración con el Instituto Universitario de Investigación de Tránsito y Seguridad Vial de la Universidad de Valencia, INTRAS, que analiza en profundidad los 445.000 accidentes con víctimas registrados en España por la DGT entre los años 2011 y 2015, en los que se vieron implicados 755.000 conductores y un total de 41.000 furgonetas. También se han estudiado más de 940.000 siniestros aportados por Línea Directa Aseguradora entre 2011 y 2017 con 23.000 furgonetas implicadas.
Todos hemos vivido la situación: furgonetas mal aparcadas en la acera o invadiendo pasos de cebra; camionetas circulando a velocidades excesivas en calles concurridas, o repartidores distraídos manipulando el GPS o el teléfono móvil. Una realidad a la que estamos habituados, pero que, sin embargo, tiene consecuencias dramáticas: en los últimos 5 años: los accidentes con furgonetas se han disparado un 41% frente al 12% de los coches, lo que ha dejado un balance de 935 muertos y casi 4.600 heridos graves. Esta situación se ha vuelto especialmente preocupante en las ciudades, en el que el número de lesionados en accidentes con furgonetas se ha incrementado un 94% en los últimos 5 años, lo que ha aumentado considerablemente el riesgo de sufrir un accidente mortal, que ya es un 35% mayor que en los turismos.

Varios factores pueden ser la causa
Al empeoramiento de este grave problema para la Seguridad Vial, muy poco estudiado hasta ahora, han podido contribuir varios factores. En primer lugar, la propia naturaleza del tejido empresarial español, en el que hay más de 3,1 millones de autónomos. En segundo lugar, el importante aumento del número automovilistas que alquilan una furgoneta sin tener preparación, generalmente para realizar una mudanza o porte y, por último, el boom del comercio electrónico, que ha crecido de media un 17% anual durante la última década.
El accidente tipo en el que se ven implicadas las furgonetas suele ser múltiples, por alcance trasero contra turismo, y los suelen protagonizar hombres de entre 35 y 45 años con una sólida experiencia como conductor. En cuanto al tipo de vía más habitual, aún hay un ligero predominio de las autovías y autopistas sobre las ciudades, aunque la situación está cambiando a pasos agigantados en los últimos años hasta prácticamente igualarse. En cuanto a la hora y fecha, los accidentes con furgonetas suelen producirse a media mañana (entre las 12 y las 13 horas), los viernes y durante los meses de julio y octubre.
Según datos de la DGT, las furgonetas accidentadas suelen ser antiguas y en mal estado, ya que presentan un 60% más de deficiencias que los turismos, principalmente en neumáticos, frenos y dirección; un problema que se agrava con la antigüedad del parque de furgonetas en España, que alcanza los 16 años en casi la mitad de estos vehículos, un 20% más antiguas que los turismos. En lo referente a la responsabilidad en los accidentes, los conductores de furgonetas también salen perdiendo ya que resultan culpables en 2 de cada 3 accidentes con contrario. Los motivos habría que buscarlos, quizás, en sus largas jornadas laborales y, sobre todo, en el estrés que genera la puntualidad en las entregas.
Por comunidades autónomas
La Fundación Línea Directa también ha realizado un mapa de la accidentalidad de las furgonetas en el que compara las distintas tasas regionales de furgonetas accidentadas por cada 1.000 vehículos de este tipo, cuya media es de 4,7 en el último ejercicio analizado (2015). Así, por comunidades, Baleares, Cataluña y Asturias son los territorios con mayor proporción de furgonetas accidentadas, mientras que Cantabria y Navarra, son las regiones que menos siniestros de este tipo registran. Madrid, por su parte, se encuentra en la media nacional (4,5). En cuanto a la evolución por territorio, las regiones con el peor desarrollo de las tasas por cada 1.000 furgonetas implicadas en accidente son Canarias, donde estos siniestros han aumentado un 170% desde 2011 y Murcia, con una subida del 145%. Por el contrario, las que mejor comportamiento han tenido han sido Cantabria y País Vasco. En la Comunidad de Madrid, esta tasa se incrementa un 23,5% frente al 1,7% de los coches desde 2011.
Para completar este estudio, se ha realizado una encuesta a 1.202 conductores y 304 repartidores profesionales de toda la geografía nacional con el objetivo de analizar cuál es la percepción general de los españoles sobre este colectivo. En este sentido, 14,5 millones de conductores (55%) creen que los repartidores incumplen las normas de seguridad vial con más frecuencia que el resto de los conductores. No en vano, el 81% de los automovilistas cree que los repartidores “aparcan sus furgonetas en cualquier sitio” y el 72% que “se distraen mucho, especialmente con el GPS y el móvil”. No obstante, la gran mayoría comprende su situación, ya que 18 millones (68,5%) piensan que estos comportamientos se han agravado con el auge del e-commerce. En cuanto a las soluciones, el 65% de los conductores aboga por la instalación de tacógrafos como en los camiones, además de mejorar el uso de carga y descarga (55%) o crear un carné específico para furgonetas.
Lo que también se desprende del estudio demoscópico es que los españoles no estamos preparados para conducir estos vehículos. De hecho, el 81% de los conductores ocasionales de furgonetas desconocen la forma más segura de colocar la carga, el 75% ignora los límites de velocidad de estos vehículos y el 46% nunca fija la carga en sus portes. Según Francisco Valencia, Director General de la Fundación Línea Directa, “el boom del comercio electrónico en España, la proliferación de conductores ocasionales de furgonetas y la salida de la crisis han podido contribuir a agravar considerablemente la accidentalidad de estos vehículos hasta alcanzar cifras realmente preocupantes. En este sentido, es importante no criminalizar a este colectivo de conductores, sino comprender mejor sus circunstancias y tomar las medidas normativas y sociales necesarias para que puedan desarrollar su trabajo con todas las garantías necesarias de seguridad”.

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