Atentan contra centros de salud en Siria

Atentan contra centros de salud en Siria

Los ataques provienen por parte de las fuerzas del régimen de Bashar al-Asad.
La organización de defensa de los Derechos Humanos Amnistía Internacional denuncia que fuerzas del régimen sirio, con el apoyo de Rusia, atacan a centros de salud en Siria, en concreto en la provincia de Idlib. “Ataques ilegales” contra instalaciones como hospitales, bancos de sangre, escuelas y otros objetivos civiles en esta zona controlada por las fuerzas rebeldes.

Así lo han manifestado después de verificar seis ataques de ese tipo: “Las fuerzas gubernamentales sirias, apoyadas por Rusia, han atacado un hospital, un banco de sangre y otras instalaciones médicas, así como una panadería y una escuela de localidades bajo el control de grupos armados de oposición en Idlib, en lo que parecen ser ataques directos contra objetivos civiles y ataques indiscriminados”.

AI afirma que el Gobierno sirio ha incrementado los ataques aéreos y de artillería en “zonas densamente pobladas” en la autopista que une Damasco con Alepo. También ha entrevistado a trece residentes testigos de los ataques en Saraqeb, Jan Sheijun, Talmans y Sheij Idriss. Compararon los testimonios con análisis de vídeo, información de fuentes abiertas e imágenes vía satélite. Al menos, habrían causado cuatro civiles muertos y miles de personas desplazadas de sus hogares en las poblaciones cercanos a la frontera con Turquía.

Lynn Maalouf, directora de Investigación sobre Oriente Próximo de Amnistía Internacional, asegura que “tras ocho años de crisis, el Gobierno sirio continúa mostrando un completo desdén por las leyes de guerra y por las vidas de los civiles. Los avances militares se han logrado con un gran coste para los civiles, provocando la muerte de decenas de miles de personas y arrasando ciudades y localidades. Rusia y Turquía, como los principales apoyos de las partes en conflicto, deberían acatar las advertencia de Naciones Unidas y garantizar que la inminente ofensiva en Idlib prioriza la protección de civiles y no exacerba la crisis humanitaria”.

Remarcó que los ataques en esta provincia “siguen el mismo patrón” que se vio con anterioridad en Alepo, Deraa y la zona rural de Damasco, atacando “hospitales, instalaciones médicas, servicios de emergencias y escuelas y han dejado a las personas sin otra opción distinta a la huida”.

En un comunicado, Maalouf recrimina que “el Gobierno sirio, con el apoyo de Rusia, está recurriendo claramente a las mismas tácticas militares ilegales que llevaron a desplazamientos masivos y, en algunos casos, desplazamientos masivos forzados”.

AI recuerda que Hayat Tahrir al Sham, uno de los grupos rebeldes implicados en el conflicto, tiene también la “obligación” de tomar todas las “medidas de precaución posibles” en aras de la protección de los civiles en las zonas bajo su control, procurando evitar que se posicione a milicianos y objetivos militares en zonas civiles. “Colocar temerariamente lo que parece ser un objetivo militar en las inmediaciones de instalaciones médicas y dentro de zonas pobladas pone en peligro de forma ilegal a los civiles y las infraestructuras civiles”, remarca la directora de Investigación.

Con todo, el pasado 26 de marzo se llevó a cabo un ataque contra una escuela en la localidad de Sheij Idriss, causando la muerte a un niño de 10 años y dejando heridos a otros dos. Todo ello sin que hubiera “objetivos militares” cerca del colegio y habiendo sido lanzado dicho ataque desde una base militar situada a 20 kilómetros.

Asimismo, las fuerzas de Bashar al-Asad lanzaron un bombardeo el 9 de marzo que alcanzó a un hospital de campaña, un banco de sangre, una ambulancia y un centro de los Cascos Blancos. Además, según varios testigos, ese mismo día las fuerzas sirias llevaron a cabo varios ataques aéreos contra una zona a unos 150 metros de distancia de la primera que se atacó, matando a un hombre y a un niño.

Amnistía Internacional ha señalado que “el Cuerpo de Verificación Digital de Amnistía ha podido contrastar muchos de estos testimonios mediante análisis de vídeo, incluidos los testimonios de los residentes de Saraqeb sobre el ataque del 9 de marzo contra un banco de sangre y contra el hospital Al Hayat”.

Igualmente, se han analizado imágenes vía satélite del 17 de marzo, identificando y geolocalizando este centro hospitalario y el banco de sangre con información de fuentes abiertas, fotos de redes sociales y vídeos. Gracias a este análisis se constató la existencia de un “gran cráter” a unos 100 metros al oeste del hospital. Después de relatar otros ataques contra otras zonas civiles, la organización de defensa de los Derechos Humanos ha recordado, en palabras de Maalouf, que “los ataques deliberados contra civiles y contra objetivos civiles, incluidos hospitales y otras instalaciones médicas, y los ataques indiscriminados que matan o hieren a civiles son crímenes de guerra”.

Y concluye: “Amnistía Internacional llama a los grupos armados apoyados por Turquía en Afrin y en la zona del Éufrates a proporcionar acceso sin obstáculos a los civiles que huyen de la violencia en Idlib. Turquía debería abrir sus fronteras a los civiles que quieren huir y a las organizaciones que dan ayuda humanitaria de manera imparcial a civiles que necesitan apoyo en las zonas de Siria que están bajo control de Turquía”.

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