Más de mil efectivos de bomberos trabajan sin descanso en los tres incendios forestales declarados en el centro de Portugal. Una aldea ha sido evacuada parcialmente y varias personas han resultado heridas. Las tareas de extinción están siendo extremadamente difíciles por causa de los fuertes vientos que impiden que se puedan apagar las llamas.
Los incendios comenzaron el sábado por la tarde en Castelo Branco, una localidad a 225 kilómetros al noreste de Lisboa. Uno de los incendios se dirige hacia Macao. Los vecinos de esta población cercana a Santarem se quejan de que no hay suficientes bomberos sobre el terreno: “Nosotros tenemos que luchar contra las llamas”, aseguró uno de ellos. Ricardo Aires, alcalde de Vila de Rei, otra localidad de afectada, también insiste en ello.