Arabia Saudí acorralada por el caso Khashoggi

Arabia Saudí acorralada por el caso Khashoggi

Cada vez más se cuestiona la imagen de Mohamed bin Salmán, príncipe heredero.
El caso Khashoggi empieza a ser especialmente incómodo para las autoridades de Arabia Saudí y empieza a resentirse por la presión internacional. Reino Unido y Francia ya habían pedido explicaciones por la desaparición en Estambul de este periodista crítico con el régimen de Riad y en especial con el príncipe heredero Mohamed bin Salmán, conocido como MBS.

Ahora, representantes de grandes grupos informativos, empresas financieras y tecnológicas de ámbito mundial se han retirado de la Future Investment Initiative, FII, un foro que trata de atraer inversores el país de Oriente Medio, y en el que el príncipe exponer sus proyectos. De hecho había avanzado que en este año desvelaría “un negocio increíble”.

La presencia como ponentes de un centenar de empresarios y emprendedores de relevancia global es uno de los principales reclamos la web del FII. Sin embargo, los directores de Uber ya han retirado su participación, así como Bob Bakish, de la productora Viacom, Steve Case, uno de los fundadores de AOL, Zanny Minton Beddoes, directora de The Economist, y otros representantes de The New York Times, CNN y Bloomberg, al igual que Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial.

Por su parte, Steven Mnuchin, secretario del Tesoro estadounidense sí ha confirmado su presencia en el foro. Entretanto, Reino Unido y Francia exigen que el Reino del Desierto aclare dónde está Khashoggi, advirtiendo de que habrá “graves consecuencias” si se confirman las sospechas, ha dicho Jeremy Hunt, secretario del Foreign Office británico.

Por su lado, Richard Branson, propietario del grupo Virgin, ha asegurado que “de ser cierto lo que se ha difundido en Turquía sobre la desaparición del periodista Jamal Khashoggi, cambiarían radicalmente las perspectivas de negocio de todos los occidentales hacia el Gobierno saudí”. Tal es así, que suspende provisionalmente su colaboración con Arabia.

Según los responsables de seguridad turcos, el comentarista saudí habría sido torturado, asesinado y desmembrado en el interior del consulado de su país en Estambul. Branson también exige explicaciones al Gobierno de Riad, que 10 días después de los hechos, sigue siendo incapaz de aclarar lo sucedido y tan solo niega su implicación.

El periodista entró en el consulado del Reino del Desierto en Estambul a por unos documentos y no se volvió a tener noticias suyas.

Desde que MBS ha llegado al poder en Arabia Saudí, se han gastado millones de euros tratando de mejorar la imagen internacional del príncipe, pero la creciente represión interna no parece poder ser ocultada por los pocos cambios sociales que ha llevado a cabo Bin Salmán, como permitir que las mujeres conduzcan, se abran salas de cine o se celebran conciertos. El clima de represión es tal que Khashoggi se autoexilió a Estados Unidos hace un año.

Según informa Branson, “mientras siguen adelante las investigaciones y no se conozca el paradero del señor Khashoggi, voy a suspender mi participación en la dirección de dos proyectos turísticos”. “Tenía muchas esperanzas en el actual gobierno de Arabia Saudí y en su líder, el príncipe heredero”, lamentó.

También ha suspendido las negociaciones con el fondo soberano saudí sobre una posible inversión de mil millones de dólares, en torno a 865 millones de euros, en Virgin Galactic y Virgin Orbit.

Por su lado, Ernest Moniz, ex secretario de Energía estadounidense, renunció recientemente al cargo en el consejo de administración de Neom, la ciudad del futuro que se anunció a bombo y platillo en el FII del año pasado.

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