La comida celebrada este miércoles, convocada por Pablo Casado, presidente del Partido Popular, con los ‘barones’ de la formación conservadora, acabó siendo una sucesión de reproches a la dirección. Tuvo que asumirlo su líder, no sin antes contemplar la alargada sombra de un Alberto Núñez Feijóo en estado de gracia tras su incontestable victoria electoral.
El melón lo abrió Alejandro Fernández, líder popular en Cataluña, quien criticó abiertamente los pactos con Ciudadanos. Su exposición sorprendió a Casado al proponer evitar cualquier coalición con los naranja debido a su colaboracionismo con el Gobierno de la Nación. Pero eso no fue lo más suculento de la velada.
Volvió a salir el tema relativo a recuperar la centralidad en las propuestas, la estrategia y las actitudes del Partido Popular. Tanto Casado como Teodoro García Egea, su secretario general, tuvieron que soportar la enésima crítica relativa al abandono del centro político. La comparación con Feijóo no podía hacerse esperar, sobre todo desde que Casado había aplazado la reunión de la dirección nacional por miedo a este debate.
El salmorejo y el atún, elementos que protagonizaron la comida, según Europa Press, tuvo que atragantársele al presidente popular. Una vez que Alejandro Fernández abriera el melón, o sea, que el debate de la centralidad se pusiera de nuevo encima de la mesa, fue cuando un miembro destacado de la dirección pidió que no saliera esta discusión a los medios. Ya ven.
La peor sensación para Casado fue ver a Feijóo, teóricamente adalid de dicha centralidad, alinearse con Alejandro Fernández y dejar claras las tesis. Es decir, evitar pactos electorales, candidaturas conjuntas, con Ciudadanos.
Así, la comida que tuvo lugar el miércoles con los líderes regionales se convirtió en una sucesión de reproches hacia la política de Génova.