Almodovar que estás en los cielos

Almodovar que estás en los cielos

Hace unos veranos, mientras soportaba un fuerte dolor de espalda, Almodóvar se vio inundado por sensaciones de tranquilidad y calma, que le llevaron a desembocar su creación empezando a escribir ‘Dolor y gloria’. El agua de la piscina que fue testigo, le trasladó a su infancia, a la corriente del río donde las mujeres del pueblo y su madre lavaban la ropa. “Para mí era una fiesta y me di cuenta de que estaba escribiendo de mí mismo, del paso del tiempo”. Tras ello, empezó a juguetear con la autoficción, una infancia imaginada a través de la imagen de una casa en la pantalla. El resultado de aquella conjunción son siete goyas.

La mejor película de la 34ª gala de los premios Goya en este 2020 es ‘Dolor y gloria’. Un film que podemos concebir como un canto de amor al cine. El propio Almodóvar lo reconoció: “no concibo la vida sin seguir rodando”.

Almodóvar brilló. El premio a mejor dirección le fue entregado por las manos de Penélope Cruz y Ángela Molina. Por otra parte, Alberto Iglesias, compositor que ganó la estatuilla a mejor música, dijo: “El cine de Pedro me ha hecho más libre”.

También momento esperado, el premio a mejor actor protagonista que fue a manos de Antonio Banderas. Quizá esa fue la causa por la que la gala de este año tuvo lugar en Málaga: para que ese galardón fuese para un malagueño universal. Banderas interpreta a ‘Salvador Mallo’, semejante a Almodóvar en su físico y en sus dolencias, aunque no en lo vivido. El actor malagueño empezó su discurso diciendo: “Todo esto es Pedro. Hemos pasado cuatro décadas y ocho películas… Nunca he conocido a alguien con la lealtad que tú tienes para tu cine”. Prosiguiendo después: “Y tenía que llegar hasta aquí contigo”. Y, finalmente, celebró que habían transcurrido tres años desde que sufriera un infarto de miocardio, añadiendo: “No solo estoy vivo, sino que me siento vivo”.

Lo que no pudo conseguir la magia malagueña es que Pepa Flores acudiera a recoger su estatuilla. Ausente desde hace treinta y cinco años de toda la actualidad, el Goya de Honor a la siempre querida Marisol, fue recogido por sus tres hijas.

La gala estuvo llena de momentos almodovarianos. Destacado el reconocimiento a Julieta Serrano, de 87 años, que encarna en la ficción a la madre del cineasta, reconocida como mejor actriz secundaria. La otra Jacinta de Dolor y gloria, Penélope Cruz, no obtuvo el galardón, el cual recayó en Belén Cuesta, que forma parte del reparto de La trinchera infinita. Otro nombre de mujer, Benedicta Sánchez, forma ya parte de la historia del cine español al lograr la estatuilla de mejor actriz revelación a sus 84 años, por una magnífica interpretación en Lo que arde.

La gala fue emoción total, destacando claramente Dolor y gloria. Otras cintas como Mientras dure la guerra de Alejandro Amenábar, logró cinco estatuillas; e Intemperie, de Benito Zambrano, se alzó con dos.

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